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Encrucijada para la política de defensa nipona

El favorito en los comicios de hoy, Yasuhiro Nakasone, parece, optar Por la vía que le señala EE UU

84.483.256 electores censados en Japón deciden hoy la, asignación de los 511 escaños de la Cámara baja de la Dieta. Los sondeos aseguran que el Partido Liberal Democrático conservará la mayoría de que disfruta desde hace 38 años. El actual primer ministro, Yastihiro Nakasone, *formará de nuevo Gobierno, pero una etapa distinta empieza para Japón, con cambios en las políticas internacional y de Defensa, donde la asunción de nuevas responsabilidades impulsada por Washington choca con algunos tabúes.

Estados Unidos quiere que Japón asuma un a mayor responsabilidad en la defensa de esta parte del mundo, pero es muy dudoso que la opinión pública nipona lo acepte. Ni siquiera el uso y la explotación de las provocaciones soviéticas, incluida la instalación de SS-20 en sus fronteras asiáticas, puede conseguir romper la barrera del 1 % del producto nacional bruto bajo la cual se acordó en 1976 mantener el presupuesto de Defensa.Cuando en la campaña electoral apareció el propósito del primer ministro de revisar los supuestos de la política de Defensa y asignar, a este ca0iulo un mayor porcentaje presupuestario, no transcurrieron 24 horas sin que se produjera un desmentido categórico que reafirmaba las líneas tradicionales del programa de Defensa y la decisión de Japón de no aumentar su poder militar por encima del mínimo necesario, y siempre en cooperación con Estados Unidos. El efecto en las urnas sí no se hubiera producido esa aclaración habría sido altamente perjudicial para el Partido Liberal Democrático (PLD).

El acuerdo para transferir tecnología militar de Japón a Estados Unidos, arrancado últimamente por el presidente Ronald Reagan, fue muy criticado por la oposición, que arguyó con los supuestos constitucionales, donde se prohíbe a este país exportar armas. Además, el aumento del presupuesto de Defensa sólo podría hacerse en detrimento de otras atenciones sociales.

La campaña para las elecciones generales a la Cámara baja del Parlamento japonés ha estado centrada dialécticamente sobre el caso Tanaka -ex primer ministro- del PLD, condenado en primera instancia por aceptar dos millones de dólares en sobornos de la com pañía norteamericana de aviación Lockheed-, la reforma administrativa, la reducción de impuestos y la reforma del sistema educativo y del seguro médico; pero, más allá de estas cuestiones domésticas, Japón se encuentra ahora en una encrucijada por lo que se refiere a la política de Defensa y a su propia definición internacional.

Fiel aliado de Occidente

Frente a la posición del primer ministro Takeo Fukuda, que hace seis años diseñó una política exte rior omnidireccíonal en busca de amigos y no de enemigos en todas direcciones, el actual jefe del Go bierno es un afiliado de la causa occidental. No se cansa de hablar de la alianza con Europa y Esta dos Unidos, de la que considera parte a Japón y no ha dudado en respaldar el despliegue de los euromisiles en los países de la OTAN e incluso la invasión norteamericana de la isla de Granada.

En su nuevo período como primer ministro, después de que la Dieta le designe con las formalidades del caso, Nakasone tendrá que defraudar las expectativas norteamericanas, que esperan barcos y aviones japoneses capaces de asumir la defensa de las líneas marítimas de aprovisionamiento del archipiélago en un radio de 1.000 millas, o poner esos elementos en línea de combate con cargo a un presupuesto que habría de rebasar los límites referidos, lo que supondría un abierto desafío a la opinión pública establecida.

De los temas domésticos, la reforma del sistema educativo es el más candente, porque hay síntomas visibles de malestar, que aflora en forma de violencia estudiantil en la segunda enseñanza. Toda la concepción educativa está basada en un esfuerzo memorístico en el que los escolares se juegan el acceso a la Universidad, que les marca paxa el resto de su vida. La tensión con que viven y se preparan para esos, exámenes de ingreso e tal, que aún hoy no son infrecuen tes los suicidios y hay una crítica muy extendida a la falta de aprecio en que el sistema vigente deja los factores creativos individuales.

No se puede llegar a ser la segundo, potencia económica del mundo impunemente. Estados Unidos, que impuso a Japón una Constitución donde se excluía la existencia de un ejército, requiere ahora a Tokio para que se dote del poderío militar capaz de liberar a Washington de una parte sustancial del esfuerzo que despliega en está zona del mundo Japón no puede negarse a las presiones norteamericanas, pero no acierta tampoco a comprender qué ventajas han de deducirse de la nueva tarea para la que se le reclama.

Los japoneses han desarrollado un extraordinario instinto de su propia vulnerabilidad. Con un mercado interior próximo al colapso por sobresaturación, las ex portaciones se hacen imprescindibles para la pura supervivencia. Y exportar en la proporción en que lo hacen los japoneses, ellos saben bien que exige fortalecer la dimensión internacional de su país.

Con disciplina, los votantes es tán hoy depositando sus papele tas, después de rellenarlas con la cuidadosa caligrafía manual. Aquí no hay papeletas empresas, pero todo se hará con pleno orden sin que sea tampoco mayor inconveniente para localizar los colegios electorales que las calles no tengan nombre, ni los edificios número y que los 84,5 millones de electores carezcan de documento nacional de identidad.

Venturas y desventuras de un hombre

Las elecciones generales que hoy se celebran en Japón fueron convocadas ante el boicoteo parlamentario ejercido por los partidos de la oposición, que exigían la renuncia de su escaño al ex primer ministro Kakuei Tanaka una vez que resultó condenado en primera instancia por aceptar soborno de la constructora norteamericana de aviones Lockheed.Tanaka, que fue apartado del Partido Liberal Democrático (PLD), encabeza, sin embargo, la facción más numerosa del mismo y todo hace suponer que la importancia de la misma no quedará disminuida cuando sean escrutados los votos de esta jornada.

El personaje Tanaka resulta, pese a la distancia geográfica y mental, extraordinariamente cerca

Es lo que se entiende por un político de raza. Rompe con la tradición japonesa, propensa a atribuir a cada uno la posición que se deriva del rango familiar y académico. El grupo familiar de Tanaka no era en absoluto relevante y sus estudios parecen no haber pasado de la primaria. Es un hombre a la americana, que se ha hecho a sí mismo.

Su implantación electoral en la prefectura de Nigata está fuera de discusión y por encima de modas advenedizas. En Nigata, Tanaka ha patrimonializado en su favor toda las obras públicas emprendidas en los últimos 38 años. Y téngase en cuenta que mientras por término medio un ciudadano de Tokio pagó el año pasado en impuestos 310.000 yenes (algo más de 180.000 pesetas), los de Nigata no llegaron por promedio a pagar 66.000, es decir, la quinta parte. Sin embargo, se calcula que estos últimos recibieron del Estado más del doble que los primeros en atenciones presupuestarias per cápita.

Cuando se dice que Tanaka ha patrimonializado las obras públicas, debe entenderse, también que con la política ha llegado a hacerse multimillonario. El soborno de la Lockheed no significó nada cuantitativamente relevante en el haber económico del ex primer ministro.

Tanaka resulta una mezcla de cacique pegado al terreno y audaz político moderno. Aquí se recuerda vivamente cómo reaccionó cuando Richard Nixon, sin previa consulta, viajó a Pekín. Tanaka, días después, acudió a la capital china y tomó la delantera a Estados Unidos en la apertura de relaciones diplomáticas. Tanaka puede ser visto corno uno de esos caciques electorales del XIX español, pero también en la horma de figuras más contemporáneas, como puede ser el socialcristiano Franz Josef Strauss, cuya solidez electoral no se conmueve en su tierra bávara por muchos escándalos que airee la Prensa. En el asunto Lockheed, las implicaciones no han sido esclarecidas y probablemente nunca llegarán a serlo. Aquella operación, comenta el español José Galdeano, no era de las que se hacen con recibos firmados.

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