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TRIBUNALES

Cadena perpetua en Londres para el autor de un crimen de hace 23 años, desvelado al hallarse un cráneo del siglo V

Soledad Gallego-Díaz

Peter Ryen-Brant guardó durante 23 años un terrible secreto: el asesinato de su esposa, una joven de origen hispánico, a la que enterró en las proximidades de su casa. Cuando, hace unos meses, la policía le interrogó sobre un cráneo de mujer que había sido descubierto accidentalmente en su antigua propiedad del sur de Inglaterra, se derrumbó y confesó de plano. Si hubiera esperado unas semanas habría conocido el dictamen médico: el cráneo perteneció a una mujer romana muerta hace más de 1.500 años. Ryen fue condenado ayer a cadena perpetua por el tribunal londinense que le ha juzgado.

Ryen-Brant dista mucho de ser el criminal perfecto. Se parece más al protagonista del famoso cuento de terror El corazón delator, de Edgar Allan Poe. En el relato, el criminal termina por confesar, perseguido por el estruendoso latido del corazón de su víctima.Ryen estuvo ya a punto de delatarse a las pocas semanas de su crimen, obsesionado por el olor del fuego en el que pretendió inicialmente consumir el cuerpo de su mujer y que impregnaba todos los campos cercanos. Finalmente, despedazó el cadáver y lo enterró en el jardín.

Logró superar la crisis, pero 23 años más tarde unas simples preguntas le hicieron revivir la tragedia y confesar.

La venganza del pasado

Cuando supo que el cráneo hallado tenía más de 15 siglos de antigüedad, se limitó a exclamar: "Es como una venganza". Según el profesor Edward Hall, de la universidad de Oxford, el cráneo perteneció a una mujer que fue asesinada probablemente poco antes de que los las tropas romanas abandonaran definitivamente el suelo de Gran Bretaña, poniendo fin a una conflictiva ocupación.Peter Ryen tiene actualmente 57 años y vive en una pequeña habitación en un elegante barrio londinense, Knightsbridge, casi sin dinero y trabajando esporádicamente como camarero.

Matrimonio de conveniencia

Cuando era joven conoció a una muchacha, Malika María de Fernández, y tres días más tarde, el 8 de marzo de 1959, contrajeron matrimonio civil. Fue una unión de simple conveniencia.Ryen es homosexual, y hace 23 años la presión social le resultaba casi insoportable. Casado, podía desenvolverse con más naturalidad. El error fue que la joven exigía continuamente dinero, y Ryen, empleado de una línea aérea, no podía sufragar todos los gastos. Las discusiones en el seno de la pareja fueron permanentes desde el primer momento en que inauguraron su convivencia.

Según declaró a la policía, no consigue acordarse de la fecha de la última pelea: un día cualquiera entre octubre de 1960 y junio de 1961, la mujer acudió a su granja, en Chester Crown Court, y le pidió más dinero. Peter Ryen-Brant la golpeó con un martillo hasta matarla. "Fue como una pesadilla o todavía algo peor", declaró ante el tribunal que le ha condenado finalmente a la máxima pena permitida en el Reino Unido.

Quienes conocieron a la mujer asesinada afirman que era de origen español, aunque hablaba inglés sin ningún acento que delatara dicha procedencia. En el acta matrimonial no figura ni el lugar de nacimiento ni la edad de Malika María de Fernández. Peter Ryen-Brant enterró tan bien los restos de aquélla que la policía no ha sido todavía capaz de descubrirlos, aunque rastrea toda la zona cercana a la granja donde ha confesado enterrarla.

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