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El ministerio del Interior levanta para estas Navidades las restricciones al tráfico en la frontera de Gibraltar

Una orden interna del Ministerio del Interior, recibida en la noche del martes en la comisaría de La Línea, levanta para estas Navidades las restricciones en el paso peatonal de la frontera gibraltareña, limitado hasta ahora a ciudadanos gibraltareños, a británicos. residentes en Gibraltar y a españoles. A partir de ahora podrán pasar ciudadanos de cualquier país. Este primer paso en la permeabilidad de la frontera, que llega al año justo de producirse la apertura, ha causado sorpresa y extrañeza a ambos lados de la verja, donde no se conocía la intención política de tomar esta medida.

La apertura de la verja de Gibraltar, cerrada desde el año 1969 por el Gobierno franquista, en el gesto más ostensible de la línea dura propugnada por Fernando Castiella, a la sazón ministro de Asuntos Exteriores, se produjo hace exactamente un año, a través de un decreto emitido por el primer Consejo de Ministros del Gobierno socialista. El decreto tenía como fin esencial terminar con situaciones de separación de familias mixtas, formadas por matrimonios entre gibraltareños y españoles, en su mayoría linenses, y que daban lugar, año tras año, a escenas deprimentes de familiares gritándose a través de la verja, con voces que vencían la separación de la zona neutral, de hijas casadas mostrando en brazos a sus padres el crecimiento del nieto, al que los abuelos sólo podían abrazar previo un incómodo y costoso viaje por Tánger.El decreto tenía defectos técnicos desde su aprobación. Sólo admitía el paso de españoles o gibraltareños residentes en Gibraltar, lo que creó una multitud de pequeñas injusticias para con ingleses residentes en el Campo de Gibraltar y con familia en la colonia (paradójicamente, en su mayoría palomos o gibraltareños proespañoles, que resultaban más perjudicados que nadie por la imprecisión del decreto) o para con gibraltareños o españoles casados con personas de una tercera nacionalidad, que no podían pasar libremente con ellos.

El fallo inicial, nacido de una falta de estudio suficientemente serio del problema sobre el terreno, fue resuelto primero con un pequeño retoque al decreto, y luego con cierta manga ancha, buena voluntad y muchas molestias para los políticos locales, que en cada ocasión han resuelto sobre el terreno los problemas surgidos.

La nueva decisión de facilitar, el paso a todo tipo de nacionalidades cambia sustancialmente la situación. Los primeros grandes beneficiados son los portugueses -que forman buena parte de la masa trabajadora de Gibraltar y que podrán simplificar su viaje a casa durante las Navidades-, el aeropuerto de Gibraltar -el precio del viaje a Londres desde Gibraltar es unos dos tercios más barato que desde Málaga- y La Línea, ciudad nacida al amparo de Gibraltar y severamente perjudicada a raíz del cierre, que la convirtió en uno de los núcleos urbanos más castigados por el paro, la delincuencia y el consumo de heroína de España, y que con este paso se verá probablemente favorecida por un mayor tráfico.

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