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Barcos de EE UU disparan sobre posiciones sirias en Líbano casi simultáneamente con un bombardeo israelí contra Trípoli

La marina de guerra norteamericana abrió fuego ayer sobre baterías antiaéreas y misiles tierra-aire instalados por el Ejército sirio en las montañas libanesas, demostrando claramente la voluntad de la Administración Reagan de replicar sistemáticamente a los disparos efectuados contra sus vuelos de reconocimiento sobre posiciones militares sirias.

Este segundo bombardeo norte americano dirigido contra el Ejército regular Siria, país aliado de la Unión Soviética, -el primero tuvo lugar el domingo 4 de diciembre- pudo ser oído en Beirut a las 15.15 horas (14.15, hora peninsular española), antes de que fuese anunciado por el portavoz de la Embajada de Estados Unidos John Stewart, que descartó cualquier relación entre la acción de su marina de guerra y el atentado del lunes contra la representación diplomática de su país en Kuwait.Pero, a diferencia de lo ocurrido hace 10 días, ayer no fue la fuerza aeronaval norteamericana la que realizó una incursión contra las baterías sirias, sino dos buques de guerra de la VI Flota -que dispone de una treintena de barcos en aguas territoriales libanesas-, que desde los puertos de Junieh y Dbayeh, a 15 y 20 kilómetros al norte de Beirut, respectivamente, abrieron fuego durante 10, minutos contra posiciones sirias en las montañas del Chuf, a una veintena de kilómetros al noreste de la capital libanesa.

La fuerza aeronaval norteamericana perdió en su ataque de principios de mes dos bombarderos un Intruder y un Corsair, derribados por misiles tierra-aire soviéticos SAM, y las autoridades de Damasco reiteraron inmediatamente después su firme decisión de no permitir vuelos de reconocimiento sobre sus fuerzas estacionadas en Líbano, evaluadas en 50.000 hombres, y que controlan un tercio del territorio libanés. Los cazabombarderos F-14 volvieron el 5 de diciembre a sobrevolar el dispositivo militar sirio sin que se produjesen incidentes desde entonces.

Aproximadamente 45 minutos después de que se iniciase el bombardeo naval estadounidense, la marina de guerra israelí, que navega permanentemente a la altura de Trípoli -a unos 60 kilómetros más al Norte-, abrió fuego contra la zona portuaria de la ciudad, donde Yasir Arafat y sus 4.000 combatientes están sitiados desde hace mes y medio por los fedayin sublevados, respaldados por tropas sirias y libias, y esperan en vano, desde el pasado fin de semana, la llegada de cuatro barcos griegos que, bajo pabellón de las Naciones Unidas, deben llegar para evacuarles. Este segundo ataque naval israelí -el primero se produjo hace cinco días, cuando parecía inminente la retirada de Arafat y sus partidarios de la capital sitiada al norte de Líbano- fue confirmado por el portavoz del Ministerio de Defensa de Tel Aviv y duró 20 minutos -45, según la OLP-, sin que se sepa todavía el número de víctimas.

35 salvas de bombas

El crucero Tinconderoga y el destructor Tatnail dispararon con sus cañones de 127 milímetros 35 salvas de bombas de 32 kilos, al tiempo que sobrevolaban Beirut a baja altitud los F-14, atacados por las baterías antiaéreas de las fuerzas armadas de Damasco, donde se desarrollaba a esa misma hora una masiva manifestación organizada por el régimen del presidente Hafez el Asad para denunciar la "política agresiva de Estados Unidos en Oriente Próximo".

La intervención de la.marina norteamericana en sustitución de la aviación se explica, en opinión de fuentes castrenses, por el mal tiempo que reina en el Mediterráneo oriental y por el escaso éxito del ataque aéreo de hace 10 días, en el que los soldados sirios capturaron con vida al teniente Robert Goddman, copiloto del aparato Intruder, uno de los dos bombarderos derribados por la artillería antiaérea siria.

El emisario del presidente Ronald Reagan para Oriente Próximo, Donald Ruinsfelid, tenía justamente previsto desplazarse ayer a Damasco para negociar la liberación del copiloto detenido, pero tuvo que renunciar a hacerlo al carecer de una invitación oficial del Gobierno sirio, cuyo ministro de Defensa, general Mustafá Tlass, afirmó,que sólo sería puesto en libertad cuando el contingente norteamericano de la fuerza multinacional se haya retirado de Líbano.

También ayer, la revista norteamericana Aviation Week and Space Technology reveló en su último número que unos 200 consejeros soviéticos que manejaban las baterías antiaéreas sirias instaladas en Líbano habían muerto, entre junio de 1982 y junio de este año, a consecuencia de los bombardeos aéreos israelíes. El presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado norteamericano, Charles Percy, aseguró a finales de noviembre que unos 500 técnicos militares soviéticos, sobre un total de 7.000 residentes en Siria, asesoraban al Ejército sirio destacado en Líbano.

El ataque naval israelí, en el que participó un destructor, contra las posiciones en manos de los seguidores de Arafat no tuvo el carácter simbólico del anterior y abarcó, según el principal lugarteniente de Arafat, Abu Jihad, unos tres kilómetros de costa, donde cayeron 500 proyectiles de 76 milímetros de calibre, entre los que figuraban numerosas bombas de fósforo, que provocaron impresionantes incendios. A última hora de la tarde, la marina israelí reanudó sus disparos contra los mismos barrios.

Las baterías de la OLP, que a lo largo de la mañana habían librado duelos de artillería limitados con los cañones de los disidentes, dispararon por.la tarde contra los buques israelíes, y un navío enemigo fue incluso alcanzado, ajuzgar por los relatos concordantes de algunos testigos oculares que vislumbraron llamas y humos en el horizonte.

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