George Shultz firma hoy en Lisboa el nuevo acuerdo sobre la base conjunta de Lajes
El secretario norteamericano de Estado, George Shultz, firma hoy en Lisboa el nuevo acuerdo luso-norteamericano sobre la utilización por EE UU de la base aérea de Lajes, en el archipiélago de las Azores.El documento, rubricado por Shultz y su colega portugués, Jaime Gama, es el resultado de dos años de difíciles negociaciones, sembradas de incidentes, como la todavía mal explicada dimisión del primer ministro socialdemócrata Francisco Pinto Balsemâo, en diciembre de 1982, al regreso de una visita a Washington.
Oficialmente, y según la tesis portuguesa, el nuevo acuerdo se destina exclusivamente a sustituir al de 1979, que expiró en febrero último entrando entonces en vigor la cláusula de prórroga automática, por más de un año.
Por la utilización de la base aérea de Lajes y de otras instalaciones en la isla de Santa María (Azores), Estados Unidos pagó anualmente al Gobierno portugués 125 millones de dólares, en parte como donación a fondo perdido y el resto bajo la forma de líneas de crédito para la compra de material de guerra y 40 millones de dólares de ayuda económica al Gobierno autónomo de Azores.
El contrato es válido para siete años, pero una cláusula prevé la actualización de las contrapartidas al cabo de cuatro años. El anterior acuerdo otorgaba a Portugal compensaciones globales de 140 millones de dólares por año (21.000 millones de pesetas), que incluían 60 millones de dólares (9.000 millones de pesetas) para la región autonóma de Azores).
Oficialmente, el acuerdo firmado hoy se limita a prorrogar el estatuto anteriormente existente, con apenas la autorización de proceder a algunas ampliaciones de las pistas y de los depósitos de carburantes de la base de Lajes.
Según una fuente del Ministerio de Asuntos Exteriores portugués, no se incluyen en este acuerdo las "otras facilidades" solicitadas por EE UU para la utilización de la base de Lajes, sin necesidad de autorización previa, por la fuerza norteamericana de intervención rápida fuera del teatro de operaciones de la Alianza Atlántica, ni la posibilidad de disponer de otros puntos de apoyo logístico en territorio portugués continental, materias que deberán ser objeto de negociaciones posteriores a iniciar en enero de 1984.
Otro aspecto del acuerdo se refiere a la eventual creación de un fondo de cooperación luso-africano, que destinaría parte de la ayuda militar y económica otorgada a Portugal por EE UU a sus ex colonias africanas y más particularmente Mozambique y Angola.
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