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Raúl Alfosín exigirá responsabilidades a los militares argentinos

El nuevo presidente argentino, Raúl Alfonsín, al jurar ayer su cargo ante el Parlamento, prometió la inmediata derogación de la ley de autonomía con que los militares intentaron eludir sus responsabilidades en la llamada guerra sucia y aseguró que se hará justicia. Alfonsín reafirmó su intención de asegurar la democracia y el respeto a los derechos humanos, y anunció que Argentina será el primer país del mundo en el que la tortura quedará penalmente equiparada al asesinato cualificado.

Argentina fue ayer una inmensa y multitudinaria fiesta civil. La ausencia de uniformes en la ceremonia de asunción del nuevo presidente no fue fruto de la casualidad. Por deseo expreso de Alfonsín, no asistieron a los actos oficiales los ex presidentes militares que aún viven: generales Onganía, Levingston, Lanusse, Viola, Videla y Galtieri. El último jefe de Estado, general Reynaldo Bignone, cumplió vestido de paisano el trámite. Posteriormente, para evitar incidentes, abandonó la Casa Rosada por la puerta trasera. Todo un símbolo.En una amplia entrevista mantenida con el corresponsal de EL PAIS en Buenos Aires, Martín Prieto, Alfonsín reiteró su intención de exigir responsabilidades a los cabecillas de la subversión y de la represión, y aclaró que se establecerán tres niveles de responsabilidades: quienes dieron las órdenes, quienes se limitaron a cumplirlas y quienes llegaron a excederse en su cumplimiento. Su idea es terminar con la "pesadilla nacional sobre la base de la justicia, la verdad y la libertad". El nuevo, presidente es optimista y considera que los militares se dejarán juzgar. "Lo soportarán", afirma, "porque tendrán otras autoridades y porque ellos mismos quieren otra cosa. Y amos a prestigiar a las fuerzas armadas argentinas".

Alfonsín afirma que aplicará la regla de oro de los países civilizados: la supeditación de los poderes militares a, los institucionales. "Nunca más", asegura, "volveremos a los Gobiernos militares".

La toma de posesión del nuevo presidente ha convertido a Buenos Aires en capital de la libertad. Delegaciones de 85 países se han dado cita para saludar al primer país del Ceno Sur liberado de la dictadura militar. La presencia española es, tal vez, la más amplia, con el presidente del Gobierno, Felipe González, al frente. También el ex presidente Adolfo Suárez y el jefe de la oposición, Manuel Fraga, han acudido a la cita.

Fuentes diplomáticas afirman que las intenciones de González (no reconocidas oficialmente) de propiciar en su visita una cumbre con vistas a la redacción de una Declaración de Buenos Aires en apoyo de la democratización del Cono Sur americano se frustraron.

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