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Preocupación en las filas de Arafat sobre las intenciones de Israel, en la evacuación palestina

La satisfacción (teñida de rentabilidad política) de un primer bombardeo israelí casi inofensivo, que les convertía nuevamente en los enemigos predilectos del Estado hebreo y colocaba a sus adversarios árabes en una postura delicada, se disipó a lo largo de la jornada de ayer, y en las declaraciones de los responsables de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), sitiados en Trípoli por palestinos rebeldes, tropas sirias y libias, trascendía cierta preocupación sobre las verdaderas intenciones de Israel.

Las defensas palestinas en el barrio del puerto de la segunda ciudad de Líbano han sido reforzadas, así como la escolta de Yasir Arafat, líder de la OLP, al que acompañan ahora cuatro vehículos repletos de guardaespaldas y que ha reducido sus frecuentes apariciones en público por motivos de seguridad. Ayer, por ejemplo, no dio su tradicional conferencia de prensa de mediodía.En la noche del viernes al sábado tuvo lugar un extraño incidente en esa zona cuando se oyeron cuatro explosiones sucesivas, tras las cuales las baterías antiaéreas palestinas dispararon durante cerca de una hora en dirección del mar, sin que, a lo lejos, se vislumbrase a simple vista ningún navío de la marina israelí, que los oficiales de la OLP aseguraban haber detectado, con las luces apagadas, a 11 kilómetros de la costa.

Pero, a diferencia de lo ocurrido el viernes tras el ataque israelí contra otra zona portuaria, los periodistas no fueron autorizados a visitar los daños causados por la agresión, la OLP no publicó un balance de víctimas y el portavoz militar de Tel Aviv desmintió que la artillería de Marina hubiese abierto el fuego.

Cuando se le pregunta cuáles son las intenciones de Israel, el portavoz de la OLP, Ahmed Abdel Raman, no disimula su perplejidad y responde que "acaso los israelíes manifiestan su disgusto por la prestigiosa legalidad internacional que se encargará de la evacuación marítima de nuestras fuerzas, unos 4.000 fedayin, de Trípoli", donde están cercados desde hace más de cinco semanas.

"La salida de esta ciudad de los barcos griegos con banderas de la ONU en los que embarcaremos está supeditada", añade, "a la obtención, por el Gobierno de Atenas, de garantías de seguridad solicitadas a los países de la fuerza multinacional destacada en Beirut" y que sólo se ha mostrado dispuesta a ofrecer Francia, mientras EE UU, Italia y el Reino Unido dan por ahora largas a la petición griega. "Se dejan amedrentar por Israel", opina un colaborador de Arafat.

El portavoz del Gabinete griego afirmó ayer que proseguían los contactos diplomáticos y que había "50% de posibilidades" de que los buques zarpasen de El Pireo rumbo a Trípoli para recoger a los combatientes fieles a Arafat.

"Si nuestra retirada se retrasa dos o tres días no es culpa nuestra, nuestros hombres están listos, sino de los israelíes", asegura el portavoz, en un claro intento de demostrar su buena voluntad al régimen de Damasco, cuyo ejército cerca con 12.000 soldados la capital del norte de Líbano y ha apoyado la ofensiva de los rebeldes hasta la conclusión de un acuerdo en el que Arafat acepta marcharse de Trípoli.

La enfermedad de Asad

"La lucha por el poder en Damasco, a causa de la enfermedad del presidente de Siria, Hafez el Asad", señala un dirigente palestino, "explica que el ejército sirio w acabe su tarea de aniquilación de la OLP en Trípoli y nos permita retirarnos con vida".'Los dirigentes sirios", agrega la misma fuente, "están deseosos de quitarse ese problema de encima". El mencionado colaborador de Yasir Arafat asegura que "para poder dedicarse a la consolidación interna de su poder, los sucesores de Hafez el Asad han flexibilizado su política exterior, hasta el punto de haber obligado a sus aliados libaneses, las milicias chiitas y, sobre todo, las drusas, a concluir un alto el fuego definitivo con el ejército regular y la falange cristiana", que fue anunciado el viernes por la noche en Damasco, durante la breve estancia del ministro de Asuntos Exteriores de Líbano, Elie Salem.

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