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Movimientos erráticos en las bolsas de EE UU ante la indefinición de la política monetaria

La controversia surgida en torno a la posible evolución de los tipos de interés internos norteamericanos está determinando un comportamiento un tanto errático de la Bolsa neoyorquina, que, a pesar de continuar moviéndose en torno a sus máximas posiciones históricas; se ve sometida a flujos y reflujos compradores casi continuos, mientras que los títulos de renta fija se mantienen más o menos alejados del panel de preferencias de los inversores institucionales.Según los últimos criterios de los especialistas norteamericanos en los mercados financieros, los tipos de interés internos deben experimentar un cierto reajuste a la baja, mientras que los técnicos monetaristas aventuran nuevas restricciones en cuanto a la velocidad de circulación y crecimiento de las disponibilidades líquidas. En estos ambientes se asegura que el fantasma de un nuevo disparo en las tesiones inflacionistas, como consecuencia de la aceleración del proceso reactivador de la economía interna, es una posibilidad cada día más próxima.

Las propias indefiniciones de la Reserva Federal norteamericana (FED) en cuanto a sus estrategias para el futuro de la política monetaria añaden un elemento de incertidumbre a las decisiones de los inversores, especialmente los institucionales, quienes, a pesar de mantener sus apetencias por títulos de renta variable incluidos entre los blue chips, no dudan en materializar sus diferencias positivas tan pronto como se les presenta la ocasión.

Por otra parte, la propia situación de la deuda norteamericana, que el presidente del Banco Exterior de España, Francisco Fernández Ordóñez, no dudaba en calificar de equivalente al doble de toda la que mantienen los países del Tercer Mundo juntos, incorpora un elemento de incertidumbre añadida a la evolución de¡ dólar y constituye uno de los mayores quebraderos de cabeza de los expertos económicos norteamericanos.

En estos círculos se acepta que el factor psicológico es la determinante del flujo de entradas de capitales en busca de la divisa norteamericana, como refugio de recursos ante el incremento de la inestabilidad política, y el aumento de los conflictos bélicos a nivel mundial. Por otra parte, se pone de manifiesto en estos mismos círculos que los recursos comprometidos por la gran banca norteamericana en Sudamérica superan ampliamente sus propias posibilidades. En este sentido, se recuerda que, frente a unos recursos propios del orden de los 40 billones de dólares, sus compromisos crediticios con los países de continente suramericano representan unos recursos próximos a los 300 billones de dólares.

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