La Joven Orquesta Nacional se prepara en un castillo, concentrada como un equipo de fútbol
Valencianos y catalanes dominan en el conjunto dinigido por Edmon Colomer
Como si de futbolistas en vísperas de un partido de suma importancia se tratase, 37 jóvenes, con edades comprendidas entre los 16 y los 25 años, han permanecido concentrados desde el 18 de noviembre al 2 de diciembre en el castillo de la Mota, de Medina del Campo (Valladolid). Proceden de casi todas las zonas españolas, con predominio de valencianos y catalanes, y son los primeros miembros de la Joven Orquesta Nacional de España, que el 15 de enero se presentará públicamente en el Teatro Real de Madrid. Tanto su director, Edmon Colomer, como todos los integrantes consideran muy positiva la experiencia y son partidarios de retiros de este tipo para que poco a poco se vaya gestando una joven orquesta de calidad y prestigio, que sirva además para que los jóvenes músicos españoles tengan oportunidades y ocasiones para perfeccionarse.
Si tuviesen que decidir ellos, casi todos los integrantes de la joven orquesta votarían por prolongar bastantes días más su permanencia en el castillo de la Mota. Inma Grimalt, barcelonesa y u na de las escasas mujeres españolas que toca el contrabajo, asegura que la concentración ha sido perfecta, y a mí no sólo no me importaría continuar sino que pediríaque esto se prolongase otro año. Hemos aprendido muchísimo y así es como se hacen músicos".Para el granadino Álvaro Puyou, uno de los dos andaluces seleccionados, la experiencia es "valiosísima y vital, y estaría aquí el tiempo que me dijeran; me parece que ésta es la manera idónea de enseñar y de fabricar músicos". Otros, como Jaime Martín, un santanderino afincado en Valladolid, van más allá: "Si de verdad queremos que la música clásica cuente en este país hay que potenciar experiencias de este tipo; ni uno solo de nosotros tiene quejas de lo que ha pasado en estos 15 días: hemos trabajado a tope, nos hemos hecho amigos y creo que hemos progresado mucho, porque, entre otras cosas, nos han puesto unos profesores impresionantes".
La música perdida
Edmon Colomer, director de la joven Orquesta Nacional de España, también está satisfecho "Mira, pienso que hemos logrado dos metas importantes: colaborar en la formación individual de jóvenes músicos y sentar los cimientos para la formación de una orquesta. Si a esto añadimos quc el nivel medio de los jóvenes es bastante alto y que todos han mostrado un interés excepcional por aprender, por saber tocar en orquesta y por progresar, com prenderás que yo tengo que hacer una valoración positiva de esta experiencia". Todos coinciden en señalar que el castillo de la Mota es un lugar ideal para este tipo de reuniones. "Estás lo suficientemente aislado como para concentrarte en lo que quieres hacer, la música, y, a la vez, cerca de un lugar con diversiones y vida como es Medina del Campo. Además, las habitaciones, las comidas, el trato, etcétera, reúnen todas las exigencias necesarias como para hacer la estancia agradable", indicó a EL PAÍS uno de los miembros de la joven orquesta.
La jornada de los músicos es densa y apretada y apenas si tienen tiempo para darse un garbeo por las calles de la villa o para detenerse en la contemplación de los impresionantes torreones, almenas, matacanes y paredones del recinto fortificado. Se levantan a las ocho, media hora después realizan ensayos individuales -"tardamos un poco en acoplarnos, pero ya tenemos cada uno nuestro rincón para ejercitarnos"-, a las 10 horas hay trabajos por secciones y a las 11.30 ensayos para toda la orquesta. A las cinco de la tarde realizan experimentos de música de cámaraen pequeños conjuntos, y a partir de las 18.30, nuevos ensayos de orquesta.
El catalán Oriol Romani hasta se levanta un poco antes para intentar sacar ventaja a sus compafleros. El valenciano Vicente Llopis, que a sus 16 años es el benjamín del grupo, ni siquiera se ha dado cuenta de que en Medina de Campo hace mucho más frío que en su tierra levantina, "porque aquí hernos venido para vivir la música y aprender y estamos dedi cados en cuerpo y alma a ella" Esta ilusión es tan fuerte y conta giosa que Manuel Angulo, un chaval de Campo de Criptana, hincha el pecho cuando entre bromas dice que "a partir de aquí van a resurgir las huestes musicales manchegas", o cuando, más en serio, afirma que "rni abuelo, mi padre y mi tío son músicos, y yo también; y ya sé que mi hijo, si lo tengo, seguirá estos pasos".
El gran secreto de este ambiente, que se palpa nada más pisar los recintos interiores del castillo y dejar atrás los cuervos que graznan junto a las almenas y las palomas que revolotean alrededor de las torres, no sólo reside en la ilusión de los jóvenes, sino, como confesaba uno de ellos, en "la categoría musical y humana de los profesores". Además de Edmon Colomer han impartido enseñanzas Elías Arizcuren (violonchelo), Bruno Pizzamiglio (viento), Ferrán Salas (contrabajo) y Agustín, León Ara, miembro del conservatorio de Bruselas, que ha atendido a violines y violas. "Hemos trabajado fuerte", señaló Edmon Colomer, "pero creo que también hemos tenido suerte porque hemos dado con un grupo de jóvenes volcados en la música y, desde el punto de vista humano, impresionantes; no hemos encontrado ningún problema y todo ha discurrido como uno se imagina en sueños". "Esta concentración", indica Jaime Martín, "ha servido, además, para que nos hagamos amigos gente que no nos conocíamos y para que todos coincidamos en que es necesario potenciar la idea de la joven orquesta; creo que éste es el carnino".
Jaime Martín fue también elegido allá por el año 1979 para formar parte de la Joven Orquesta de Cámara. "Estuvimos recluidos en un monasterio del Moncayo varios meses, y aquello no salió mal; pero se acabaron las subvenciones, y adiós. A ver si es posible que esto vaya más en serio". Sí lo parece. Tras la estancia en el castillo de la Mota, los miembros de lajoven orquesta volverán a reunirse del 2 al 15 de enero en las Navas del Marqués, antes de afrontar su concierto-presentación.en el Teatro Real de Madrid. Edmon Colomer confía en que esta primera comparecencia pública sea un éxito "porque creo que hay miembros, calidad y trabajo para lograrlo", pero sabe también que "es necesario dar los pasos poco a poco".
Babelia
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