Un condenado a muerte
en Estados Unidos, Robert Sullívan, obtuvo en la noche del lunes un aplazamiento de su ejecución, cuando faltaban ocho horas para que fueran electrocutado en la silla eléctrica, gracias a una petición del Papa.
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete_