A tal Balbín, tal Monzón
El debate sobre la difícil convivencia elegido para conmemorar el programa 300 de La clave sirvió para demostrar que una de las dificultades básicas para que la vida democrática se desarrolle en España es la usurpación de parcelas del monopolio estatal por ciertos particulares desaprensivos. ( ... )Y como a malos medios suelen corresponder malos fines, el debate del viernes fue de auténtica vergüenza ajena. En principio, y salvo dos o tres personalidades, no había allí invitados realmente relevantes para hablar del restablecimiento de la convivencia democrática en España. La discusión fue caótica y el comportamiento de uno de los invitados balbinescos, el teniente coronel Monzón -que ha pasado de jugar a progre, a ver si lo hacían representante español en la OTAN, a defender descaradamente posturas no de autonomía militar, sino directamente filogolpistas-, fue bochornoso.
En pocos cuarteles de España existirán aún formas de hablar tan chulescas y despreciativas hacia los demás como las usadas por Monzón. No es de recibo, y menos en alguien que, al cabo, era el único representante militar de los presentes, conducirse con moda¡es de arriero ante las opiniones ajenas, por torpes que fueran.
Naturalmente, Balbín no fue capaz de llamarlo al orden, y durante dos largas horas los españoles que no apagaron el televisor tuvieron que contemplar no ya la dificultad de la convivencia, sino del simple diálogo civilizado. La tarta del aniversario balbinesco -como no podía ser menos-, digna del anfitrión.
27 de noviembre
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