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El accidente del 'jumbo' de Avianca en Madrid

Una romería de miles de curiosos dificultó el acceso de los equipos de rescate

Los curiosos formaron ayer una improvisada romeria cuyo punto de atracción era la hondonada del Balcón de Mejorada, donde se esparcían los restos del avión colombiano, entre los que aún quedaban anoche ocho o nueve cadáveres. La romería dificultó en parte los trabajos de rescate e investigación, por cuanto congestionó los accesos al lugar del siniestro. Los trabajos se interrumpieron a las tres de la tarde, hasta que llegaron dos grúas de 50 toneladas capaces de mover el fuselaje, de unas 17 toneladas de peso.

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Lista de pasajeros facilitada por Avianca

Hombres, mujeres, ancianos y niños constituían ayer un multicolor rosario de peregrinos, que iban o venían por diferentes caminos y sendas en busca, o de vuelta, de la contemplación de las huellas del accidente. Pandillas de jóvenes, mujeres con zapatos de tacón alto y finas medias, embarazadas, niños de la mano de sus padres, campesinos vestidos de domingo y familias felices y completas subían y bajaban las veredas en una constante procesión que congestionaba todos los caminos de acceso al lugar del accidente.La primera señal de alarma ante el accidente la dio precisamente a primera hora de la madrugada un grupo de jóvenes de Mejorada del Campo y algunos otros vecinos, que oyeron una fuerte explosión y vieron una gran llamarada, al mismo tiempo que una patrulla de la Policía Municipal del pueblo y otra. de la Guardia Civil que estaban de servicio por la zona. Otra versión señala que fue un vigilante de unos depósitos de Campsa quien primero dio el aviso, concretamente a la Guardia Civil de San Fernando de Henares. Inmediatamente se dio aviso a las autoridades y al Gobierno Civil, al tiempo que un coche seacercaba a inspeccionar el lugar, apenas 15 minutos después del accidente. Al parecer, los ocupantes de este coche fueron los primeros en avistar a una mujer, que consiguió salir del aparato por su propio pie, alucinada, y que sólo repetía: 747. Otro coche de la Policía Municipal de Mejorada, por medio del sistema de megafonía, avisó a los vecinos del pueblo que había ocurrido un accidente muy grave y que acudieran con sus vehículos por si era preciso transportar heridos.

El lugar del suceso estaba situado apenas a tres kilómetros del pueblo. Para llegar al avión era necesario utilizar una pista de tierra estrecha, que en seguida estuvo totalmente ocupada por los numerosos,vehículos particulares y oficiales que circulaban en ambas direcciones, rozándose casi al cruzarse, hasta el punto de que se produjeron colapsos en la circulación. Cientos de vecinos de Mejorada acudieron al lugar corriendo campo a través.

Los primeros cadáveres fueron trasladados, primero en ambulancias y coches particulares, luego ayudados por helicópteros, a un hangar facilitado por Iberia como depósito provisional de los mismos. Mientras tanto ya estaban avisados los funcionarios del Gabinete Central de Identificación de la policía, que acarrearon con la tarea de intentar desentrañar la identidad de las víctimas.

La temperatura fue descendiendo a lo largo de la mañana de ayer en el Balcón de Mejorada hasta alcanzar un frío cortante hacia las 14.45 horas, en que se suspendieron los trabajos. Fuerzas de la Guardia Civil, Ejército, Policía Municipal, bomberos, Protección Civil y Cruz Roja llevaron a cabo las tareas de rescate de cadáveres y heridos, con la coordinación del Gobierno Civil. A pesar de haber se producido el accidente por la noche, "ha habido suerte y se ha actuado con gran rapidez y eficacia", según criterio común de los distintos equipos.

Inquietud en Mejorada

El accidente ha provocado una notable inquetud en el Ayuntamiento de Mejorada del Campo que ayer difundió un comunicado en el que denuncia "el gravísimo peligro a que ha estado y está sometido el pueblo" al ser sobrevolado por los aviones, aunque considera que "éste no es el momento de solicitar la solución de tal problema".

La mayor dificultad con la que se han tropezado estos equipos de rescate durante sus trabajos se centró en el peso del fuselaje volcado: unas 17 toneladas de hierros calcinados imposibles de mover con las grúas disponibles.

Para la extracción de algunos de los cuerpos se tuvo que utilizar motosierras. Las 17 toneladas de chatarra se resquebrajaban al intentar elevarlas con dos grúas capaces de mover ese peso pero incapaces de hacerlo en un lugar donde el terreno se reblandecía.

Una gestión con Protección Civil decidió que este organismo se encargara de facilitar dos grúas de 50 toneladas con las que se reiniciarían los trabajos de rescate de los ocho cadáveres que todavían quedaban entre los restos del jumbo. Los trabajos de rescate se reanudarán esta mañana.

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