La expresion canaria de Juan José Falcón
El director Werner Torkanowsky berlinés y residente en Estados Unidos, ha presentado, en su nueva aparición ante la Orquesta Nacional, una partitura española de estreno: Kyros, de Juan José Falcón, encargo de la propia ONE al músico canario. Anticipemos que la nueva obra obtuvo un éxito notable y que Falcón recogió muchos aplausos en compañía de sus intérpretes.Falcón (Las Palmas, 1936) forma parte de la generación que yo denomino de 1931, y que suele ser aludida como del 50 o 51, según cada gusto y cada afán protagonista. Esto es, cronológicamente pertenecería Falcón a la misma generación de Cristóbal Halffter, García Abril, Enrique Raxach o José Luis Delás. Pero como este último -y aún más-, desde el punto de vista de identificaciones estéticas, la figura y la obra de Juan José Falcón se acercan acusadamente al espíritu de la generación siguiente y forman -por decirlo a lo Marías- constelación con sus primeros representantes en el tiempo.
Orpesta Nacional de España
Director W. Torkanowsky. Solista: Marc Rubenheimer. Obras de Falcón, Rachmaninov y Shostakovich.Teatro Real, Madrid; 25, 26 y 27 de noviembre.
En Kyros (más abstracta que el Poema del Atlántico, 1937; Chácaras blancas, 1975, o El mar, 1981) el pensamiento cede una habitual expresión o imaginación coral, para trabajar sobre una orquesta rica y sencilla a la vez: son muchos los recursos y variadas las coloraciones, pero todas ellas no sólo es tan perfectamente definidas, sino que juegan con matices violentos. Las islas enfrentan dos fuerzas enormes: el océano y la dureza del paisaje, que dulcifican jardines y valles. Falcón, en su Kyros, sin renunciar a un componente lírico, se inclina por la expresión concisa y violenta, pacificada al final de la pieza por el grave jardín del gregoriano.
La inteligencia de Falcón, su temperatura creadora, interesa siempre y ha de cuajar en aportaciones importantes, capaces de enriquecer el variado panorama de nuestra música actual. Werner Torkanowsky y los profesores de la ONE hicieron una versión más que correcta, verdaderamente valiosa.
Creación sonora
Segundo polo de interés en el programa: la reaparición del célebre Premio Paloma O'Shea 1982, Marc: Rubenheimer. Triunfador en Santander con el tercer concierto de Prokofiev, había que bucear en las posibilidades de creación sonora del pianista, pues que en la técnica mecánica se le sabía auténtica catarata.
El segundo concierto de Rachmaninov posee, entre otras virtudes, la calidad de la escritura pianística, exigente en el gran virtuosismo y no menos en la imaginación sonora. Rubenheimer crea un sonido propio bellísimo y practica una dicción natural que estrangula todo posible exceso retórico. Grande, extraordinaria interpretación, a la que Torkanowsky añadió una equilibrada, bien organizada y muy presente compañía orquestal.
Conocido el maestro, sólo cabía esperar, para final de programa, una bien calculada interpretación de la Quinta de Shostakovich. La hubo en sus diversos aspectos, muy en especial en la ambientación poética del Largo.
Babelia
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