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Tregua en la crisis libanesa

Viaje a la 'república, islámica' libanesa de Baalbek

ENVIADO ESPECIAL Los enormes retratos del ayatolah Jomeini, que alternan con los del imán chiita libanés Musa Sadr, misteriosamente desaparecido -en Libia, o con gigantescas pintadas que piden la "muerte para Norteamérica" y exigen que "Israel sea borrado de la superficie de la tierra", anuncian en la carretera la entrada de la ciudad libanesa de Baalbel, declarada "república islámica" por los 600 guardianes iraníes de la revolución (pasdaran) allí destacados y sus miles de aliados libaneses.

Hace un mes, dos acuertelamientos militares -uno norteamericano y otro francés- de Beirut fueron destruidos en sendos atentados perpetrados por conductores suicidas de camiones repletos de explosivos -el cuartel general israelí de Tiro fue también volado este mes de noviembre por un kamikaze, causando la muerte de 326 soldados y oficiales-; Baalbek ha sido-designada por los Gobiernos de Washington, París y Tel Aviv como un "pefigroso foco de terrorismo internacional" que las fuerzas aéreas de Francia e Israel no dudaron en bombardear la semana pasada.Más allá del último puesto de control del Ejército sirio, que con sus 50.000 hombres controla un tercio del territorio libanés, el paisaje urbano y la fisonomía de las gentes cambian hasta tal punto que el visitante tiene la impresión de encontrarse de sopetón a 1.000 kilómetros más al Este, en plena República Islámica de Irán.

En Baalbek, la antigua Heliópolis (Ciudad del Sol) romana, situada a 60 kilómetros al este de Beirut, pero de muy diricil acceso porque la carretera principal está minada, casi todas las mujeres llevan el famoso pañuelo (chador) alrededor de la cabeza, los altavoces difunden en la calle versículos del Corán y la venta y consumo de alcohol han sido prohibidos en los establecimientos comerciales, aunque el,hachís circula en grandes cantidades.

Antes incluso del ataque francés del 17 de noviembre en la pequeña ciudad de 30.00C habitantes, se respiraba un ambiente impregnado de xenofobia, fomentada por los guardianes de la revolución y la milicia chiita libanesa Amal Islá:mica (Esperanza Islámica), que desde la incursión aérea gala se ha convertido en abierta hostilidad.

Para aquellos periodistas que consiguen llegar ante las puertas del pequeño chalé ocre de dos pisos fuertemente custodiado por ffiilicianos en armas, sede de Amal Islámica, que encabeza Hussein Mussawi -maestro de escuela de 44 años de edad-, la acogida es más bien seca. "El acceso a esta ciudad está prohibido a la Prensa", advierte erf tono contundente un lugarteniente- calvo y barbudo de Mussawi. "0 se alejan inmediatamente u ordeno que les encarcelen".

Otros periodistas, que nos han precedido, provistos de pasaportes de países de la fuerza multinacional desplegada en Beirut -Estados Unidos, Francia, Italia y Reino Unido- han tenido aún menos suerte al ser insultados y amenazados a punta de fusil de asalto kalashnikóv por los hombres de Mussawi, que los consideraban espías encargados de señalar a. las fuerzas enemigas la ubicación de sus cuarteles.Hace hoy nueve días, aparatos israelíes F-14 dispararon proyectiles contra un campo de entrenamiento de Amal Islámica en Yanta, a 16 kilómetros al este de Baalbek, y 24 horas después, 14 aviones franceses Super Étendard y Crusader lanzaron 8.200 kilos de borribas.contra el cuartel Jeque Abdafah, situado en una colina a tan sólo 800 metros del centro de la ciudad, en el que se instalaron hace un año, tras haber expulsádo al Ejército regular libanés, los mil¡cianos chiitas extremistas y -sus instructores iraníes.Ocho toneladas de bombasPero si la incursión aérea israelí fue especialmente sangrienta, con un balance de 43 muertos -incluidos 14 iraníes-, y cerca de un centenar de heridos, la francesa fue un auténtico desastre, desde el punto de vista de París, con tan sólo el saldo de un muerto y dos heridos, porque, inmediatamente después de¡ ataque israelí, Mussawi, que preveía nuevas operaciones de represalias, ordenó la evacuación de todas sus posiciones y las ocho toneladas de bombas made in France cayeron sobre las 25 hectáreas vacías del cuartel, según versiones concordantes y fidedignas recogidas aquí.

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En tono de desafio, el jefe de Amal Islámica aseguró al día siguiente del bombardeo francés que los daños causados y las cifras ue. de víctimas proporcionadas por la Prensa eran "una invención de los servicios secretos y no tienen nada que ver con la, realidad", y denunció "la agresión contra un grupo de musumalmanes sobre los que nadie posee la menor prueba de su responsabilidad" en unos atentados que había alabado públicamente al tiempo que prometía organizar en el futuro acciones similares.

Desde entonces, los habitantes de Baalbek y los miles de refugiados,.-hiitas que se han reagrupado, en sus alrededores viven en plena psicosis de nuevas operaciones de castigo, con tanta mayor razón que las sirenas de alarma retumban constantemente en la ciudad señalando su sobrevuelo por aviones norteamericanos, franceses y, sobre todo, israelíes, que suelen rebasar la barrera del sonido justo sobre sus tejados.

"Como han fracasado estrepitosamente, tememos que vuelvan a intentarlo o que los norteamerica,nos, que han permanecido hasta ahora de brazos cruzados, sigan el ejemplo francés o israelí", comentaba el miércoles por la tarde un comerciante, que por vivir en las inmediaciones del cuartel recibió numerosos cascote, mientras la artillería antiaérea instalada en las proximidades de las seis columnas del famoso templo de Júpiter crepitaba ininterrumpidamente.Dos mujeres quisieron matarleLa psicosis bélica llega a extremos insospechados entre los mificianos de Amal Islámica, cuyo líder fue objeto, el pasado fin de semana, de un atentado por parte de dos mujeres, "que, a pesar de estar fuertemente armadas bajo sus túnicas negras, no consiguieron herirle", según relataron dos jóvenes integristas que sólo quisieron identificarse por sus nombres, Izhaya y Ahmed, cultivadores de hachís en lafértil llanura de Bekaa.

A pesar de la ineficacia militar de la sanción impuesta por el Gobiemo de París al movimiento terrorista respolisable del atentado que costó la vida a 58 soldados franceses", según las palabras del ministro galo de Defensa, Charles Hernu, la animadversión contra los franceses ha ido en aumento en Baalbek e incluso Akram Tleiss, responsable regional de la más po

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