Segundo ataque en cuatro días de la aviación israelí contra las bases de grupos palestinos prosirios cerca de Beirut
La fuerza aérea de Israel llevó a cabo ayer, por segunda vez en cuatro días, un ataque de represalia dirigido contra acuartelamientos de grupos palestinos prosirios situados a unos 20 kilómetros al este de Beirut, en una región de Líbano controlada por el Ejército sirio, cuyas posiciones evitó cuidadosamente bombardear.
Cuatro cazabombarderos israelíes, escoltados por otros aparatos, realizaron la incursión aérea, en la que, por primera vez desde hace 17 meses, un avión israelí Kfir Pue derribado por la artillería antiaérea siria y se estrelló en Chueifat, en la periferia meridional de la capital libanesa.El piloto logró saltar en paracaídas poco antes de que se incendiase todo su aparato y tocó tierra ileso en una zona en manos del Ejército libanés, mientras los demás aviones israelíes sobrevolaban durante media hora a baja altitud la región para localizar con precisión el punto de caída y la ubicación de la batería que logró derribarle.
La intervención de la artillería antiaérea de Damasco, que disparó probablemente un misil tierra-aire soviético SAM-6 -confirmada por un portavoz sirio, que anunció la destrucción de dos cazabombarderos israelíes-, ilustra el incremento de la tensión entre las Fuerzas Armadas sirias e israelíes, que ocupan cada una, con 50.000 y 25.000 soldados respectivamente, un tercio del territorio libanés.
La reunión ayer del Consejo de Ministros israelí estuvo esencialmente dedicada -por tercera vez este mes- al exarrien de las consecuencias del "aumento del potencial armamentístico sirio".
Hace tan sólo cinco días, varias escuadrillas israelíes atacaron al este de la ciudad de Baalbek, muy cerca de la frontera siria, dos acuartelamiento s de la milicia chiita libanesa Amal Islámica, que entrenan instructores iraníes, sin que el Ejército sirio disparase un solo cartucho para alcanzar a los aparatos enemigos. Cuarenta y tres militantes islámicos perdieron la vida a causa del ataque y otros 50 resultaron heridos.
Veinticuatro horas después, aviones franceses Super Étendard procedentes del portaviones Clemenceau, que navega en aguas libanesas, efectuaron una incursión contra objetivos similares situados también cerca de Baalbek, antigua heliópolis distante 60 kilómetros de Beirut; pero esta vez la artillería antiaérea siria sí abrió fuego, sin conseguir, sin embargo, dar en el blanco, según fuentes cercanas al Ministerio francés de Defensa. Esta incursión, más sangrienta que la anterior, originó la muerte de una cincuentena de milicianos chiitas, incluidos 16 iraníes guardianes de la revolución destacados en Líbano.
Muertos y heridos
Un primer balance provisional del bombardeo israelí ayer durante 45 minutos de los acuartelamientos de los grupos Saika -prosirio-, Frente Popular de Liberación de Palestina -mando general (prolibio)- y Frente Democrático de Liberación de Palestina (marxista prosoviético) en las localidades montañosas de Bhamdun, Sofar y Mar Fallougha, proporcionaba la cifra de 18 muertos y 25 heridos, en su mayoría palestinos.
Las autoridades de Tel Aviv y París justificaron sus ataques del miércoles y jueves, respectivamente, por la necesidad de prevenir y castigar a los autores de los atentados perpetrados en octubre y noviembre contra los acuartelamientos militares norteamericano, francés e israelí en Beirut y Tiro por miembros de Amal Islámica, conductores suicidas de carniories repletos de explosivos cuyo estallido causó la muerte de 326 militares occidentales e israelíes.
La acción israelí de ayer se enmarca, a juzgar por las explicaciones brindadas por el portavoz militar hebreo, en un contexto más amplio de "respuesta a una larga serie de atentados y acciones terroristas contra las fuerzas israelíes en Líbano", que se multiplican a pesar de las crecientes medidas de seguridad que adoptan los soldados del Ejército israelí.Israel reanuda así, según reconoció implícitamente el portavoz del Gobierno, Dan Meridor, al afirmar que Tsahal "no esperará de ahora en adelante en sus bases a los terroristas"', su tradición de represalias preventivas aplicada hasta la invasión de Líbano y a la que parecía haber renunciado desde hace 18 meses.
Pero, a diferencia de lo que ocurría hasta mayo de 1982, el Ejército de Israel gopea ahora a los palestinos en una región controlada por las tropas sirias, lo que conlleva el enorme riesgo de generar un conflicto de mayores proporciones
Los palestinos rebeldes de la OLP intentan, con elapoyo de Damasco, penetrar en Trípoli
Los palestinos rebeldes a la autoridad de Yasir Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), intentaron, ayer por primera vez penetrar en la ciudiad de Trípoli, que sitian con el apoyo de 12.000 soldados sirios y varios centenares de libios."Los sirios y los libios avanzan a lo largo de dos ejes", declaró el propio Arafat a la Prensa en, un refugio del barrio tripolitano de Zahrieh, en el que se oía constantemente el ruido ensordecedor de las explosiones entrecortado por los disparos de ametralladoras pesadas y armas automáticas de los enfrentamientos que se desarrollaban a tan sólo un kilómetro de distancia.
Pero uno de los portavoces de Arafat, Mohamed Chaker, aseguró después que las dos ofensivas disidentes que tuvieron lugar ayer por la mañana y en las que fueron utilizados por primera vez carros de combate T-54 y T-55 de fabricación soviética para proteger la progresión de los fedayines rebeldes fueron rechazados. "Lo volverán a intentar en las próximas horas", pronosticó Chaker.
Los milicianos sublevados optaron, aparentemente, por ignorar la presencia de elementos leales a Arafat en la parte meridional del campamento de Badaui -situado a cinco kilómetros al norte de Trípoli- para, rodeándolo, llegar hasta las primeras líneas de defensa de los barrios septentrionales de la segurida ciudad de Líbano con más de 400.000 habitantes, situada a 80 kilómetros de la capital libanesa.
El éxito de esta operación hubiese significado aislar a Trípoli de Badaui, cuyos defensores fueron visitados ayer de madrugada por Arafat, que aprovechó un momento de calma para atravesar en automóvil un laberinto de callejuelas -la carretera de la costa mediterránea que une las dos localidades está casi por completo en manos de los rebeldes- y llegar hasta las afueras del campamento cuyos habitantes civiles han huido del campo de batalla.
Los barrios septentrionales de Trípoli -Mankubin, Tebbaneh y Kobbe- fueron sometidos ayer a un bombardeo sin precedentes que impedía prácticamente cualquier movimiento en la aglomeración urbana, pero el líder palestino afirmó que sus "fuerzas seguían defendiendo el campamento y la ciudad".
A medida que recrudecen los combates interpalestinos se aleja la perspectiva de un alto el fuego, a pesar de que una. comisión de países no alineados haya iniciado ahora, después del aparente fracaso de la mediación por parte de los países árabes, gestiones tendentes a poner un término a los enfrentamientos.
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