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La 'gran familia' de Jorge Fernández Díaz

Del paso del ex gobernador de Barcelona por el cargo de delegado de Trabajo y de otros laberintos laborales

El popularmente conocido como edificio de sindicatos, situado en la céntrica Vía Laietana barcelonesa, concentra hoy en sus nueve plantas las más variadas instituciones, entidades y personajes. En él comparten su trabajo cotidiano impecables funcionarios de las nuevas generaciones, pertenecientes a la Administración periférica del Estado, con otros procedentes de la Central Nacional Sindicalista, integrados allí tras un breve paso por la Administración Institucional de Servicios Socioprofesionales (AISS), y con otros empleados de la Generalitat.A la penetración de antiguos verticalistas en la Administración del Estado se han añadido en la Delegación de Trabajo de Barcelona las contrataciones directas efectuadas bajo los mandatos de los últimos delegados de Trabajo. Entre las más numerosas concentraciones familiares existentes, destaca la de Jorge Fernández Díaz, inspector de Trabajo con destino en Barcelona, hoy hombre fuerte y joven promesa de Alianza Popular en Cataluña. Fernández fue subdelegado y delegado de Trabajo de Barcelona durante los años 1978, 1979 y 1980. Sustituyó en el último de estos cargos a Joaquín Borrel, ucedista de pro, al igual que lo fue después él mismo. Abandonó el sillón de Trabajo de Barcelona tras ser nombrado gobernador civil de Asturias y, después, gobernador de Barcelona hasta 1982.

Un hombre que hizo carrera junto a Fernández Díaz durante su época de delegado de Trabajo fue el también inspector Graciniano Gómez Catón, suegro de su hermano, que ejerció de subdelegado de Trabajo. Gómez Catón, inspector de Trabajo de la vieja guardia, se encuentra hoy en paradero desconocido y procesado por su presunta participación en el fraude a la Seguridad Social.

Gómez Catón no llegó a ser nunca delegádo de Trabajo ni tampoco jefe de Inspección, cargo al que aspiraba desde hacía tiempo, por la radical oposición de los inspectores jóvenes. Su hija, Mercedes Gómez Angelaes, fue contratada en 1979, bajo el mandato de Fernández en la delegación de Trabajo, como administrativa en el Instituto Nacional de Empleo, dependiente del Ministerio de Trabajo, aunque trabaja directamente a las órdenes del delegado de Tra.bajo.

El visitante avispado puede reconocer, repartidos por el edificio y por otras oficinas dependientes de la Administración laboral en Barcelona, a otros miembros y amigos de la familia, Fernández y a algunos de su antecesor, Joaquín Borrel, que fue nombrado secretario general del Instituto Nacional de Empleo.

Los numerosos parentescos sanguíneos y consanguíneos de Fernández en la Vía Laietana, sometidos a la fórmula del contrato administrativo, se extienden a su esposa, Asunción Cárcoba Garitoinandia, también contratada por el Instituto Nacional de Empleo en 1979, precisamente con un mes de antelación a la realización de las pruebas de acceso. María Isabel y Francisco Javier Fernández Díaz, hermanos del ex gobernador, fueron asimismo contratados por el Inem en 1979, mientras que su otra hermana, Carmen Fernández Díaz, después de ser contratada en el mismo organismo de Barcelona, fue trasladada a Pamplona.

La contratación en Barcelona y el subsiguiente traslado se repitió en el caso de Josefina Cabrera, cuñada de Fernández, que así accedió a su puesto en el Inem de Tenerife. Paralelamente, la gran familia de Barcelona se engrosó con otros miembros, entre ellos Carmen Khum, también cuñada; José María Azpilicueta, cuñado, y Rosendo Garitoinandia Gallastegui, primo hermano de su mujer.

Fuentes de la Administración laboral en Cataluña valoran en más de un centenar las personas contratadas durante la transición política que mantienen vínculos sanguíneos o de afinidad con los ejecutivos de la citada época política. Entre ellas se cuenta con la presencia de Lurdes Borrel Roca, hermana del antecesor de Fernández, Joaquín Borrel, y Eulalia Plans, sobrina de este último.

Este mismo fenómeno lo ha confirmado a EL PAIS el propio Jorge Fernández: "Esa especie de endogamia ha sido generalizada: la mitad de las mujeres de los inspectores de Trabajo y de muchos delegados", relata Fernández, "trabajan en las dependencias de la Dirección Provincijal de Trabajo". En su caso, insiste el ex gobernador, "todos mis familiares que fueron contratados pasaron antes las pruebas preceptivas, no fueron designados a dedo y, además, el número de ellos no es muy grande, dadas las contrataciones masivas que se realizaron en 1979".

La discreta presencia de todos estos personajes es apenas perceptible, sin embargo, en el gigantesco edificio de la Vía Laietana. En un somero recorrido se distinguiría el orden y la escrupulosa pulcritud de la Dirección General de Cooperativas de la Generalitat que ocupa con holgura la mitad de la novena planta, compartida a partes iguales con el bar, cuya clientela es frecuentemente la mejor representación del verticalismo de otros tiempos.

En la octava planta, sede de las oficinas centrales del Inem, tienen sus puestos varios miembros de la familia Fernández. El piso, mucho más habitado que su inmediato superior, pugna en la actualidad por reconvertirse, no sin rechazos internos, para adoptar las nuevas orientaciones del instituto, tras una etapa caótica.

Final del recorrido

Mención aparte merecen las plantas séptima y primera, ocupadas por el Instituto de Mediación, Arbitraje y Conciliación (IMAC), transferido a la Generalitat en noviembre de 1980, con un amplio bagaje de funcionarios de la antigua CNS.Entre los 30 letrados conciliadores adscritos al organismo, 10 figuran como colegiados en ejercicio en el Colegio de Abogados de Barcelona y algunos de estos últimos ejercen como letrados en conflictos laborales, lo que reúne todas las características de incompatibilidad reguladas, con advertencia de expediente administrativo, en la Ley de Régimen Jurídico de los Funcionarios y su Reglamento. Conducta similar mantienen algunos letrados del Fondo de Garantía Salarial, ubicado en la quinta planta, que acuden con asiduidad y, a título particular, a celebrar juicios.

El visitante finalizará este recorrido, cansado y confuso, si logra encontrar la salida del laberinto. De sus complicados tramos, sin embargo, forma parte una gran mayoría de funcionarios no adscritos, así como la generación de cuadros de la nueva Administración.

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