La policía cree que los captores de Heineken han escapado de Holanda
El suspense del secuestro, el miércoles en Amsterdam, del rey de la cerveza en Holanda, Alfred Heineken, de 60 años, y su chófer, Ab Doderar, de 57 años, crece con las horas junto al mutismo de la policía, de la familia y de la empresa que presidía el secuestrado.
Con este mutismo se ha cumplido una de las primeras exigencias de los secuestradores, que podrían encontrarse ya fuera de Holanda, país de fáciles fronteras, especialmente hacia Bélgica. La policía holandesa ha pedido la colaboración de la Interpol.
El diario de gran tirada De Telegraaf, que asegura haber tenido acceso al contenido de la carta de los secuestradores -entregada, pero no por correo, a la policía en La Haya-, apuntaba ayer que el rescate solicitado asciende a 25 millones de florines, es decir, alrededor de 1.300 millones de pesetas.
La empresa, de la que el secuestrado es presidente, había indicado el jueves estar dispuesta a pagar un rescate. El hecho, reconocido oficialmente por la policía de Amsterdam, según señaló su portavoz, Bernard Scholtan, ayer a EL PAÍS, de que los secuestradores hayan exigido que no se facilite más información a la Prensa lleva a pensar que se trata de un puro secuestro por dinero, sin motivaciones políticas directas.
Según el diario citado, los secuestradores quieren un acuerdo de la empresa cervecera Heineken a través de un comunicado en código en la sección de anuncios por palabras de un diario holandés. Los 25 millones de florines tendrían que llegar en billetes de diferente valor.
La policía de Amsterdam confirmó ayer a este corresponsal que carece de pistas serias sobre el secuestro, y sobre la nacionalidad de los secuestradores, pero no quiere revelar nada más "hasta nueva orden".
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