Felipe González reafirma en Viena el compromiso de España "como parte del sistema defensivo occidental"
A pesar de reconocer que las políticas exteriores de Austria y España se mueven "desde condicionamientos geopolíticos completamente distintos", la primera por ser neutral, y la "de mi país, como parte del sistema defensivo occidental", el presidente del Gobierno español, Felipe González, dijo ayer, poco después de iniciar su visita oficial a Viena, que las dos naciones tienen los mismos objetivos de acción internacional: "La promoción de los ideales democráticos, la defensa de las libertades y el logro de una paz que hoy se encuentra gravemente amenazada".
ENVIADO ESPECIAL, Felipe González y el canciller austriaco, Alfred Sinowatz, celebraron ayer el primer y único encuentro de trabajo de la visita, que se prolongó por espacio de hora y media, y, según informaron posteriormente a1a Prensa, los temas tratados fueron la situación en Europa y en Latinoamérica. Sinowatz manifestó que "los dos Gobiernos haremos todo lo posible por incrementar las relaciones comerciales bilaterales y con países terceros, especialmente en Latinoamérica".El presidente español, que hace cinco años, en una reunión en Viena de la Internacional Socialista, prometió que España nunca entraría a formar parte de la OTAN, repitió dos veces, en el discurso que pronunció en la cena de gala que le ofreció su colega austriaco, que España orienta su política exterior como parte del sistema defensivo del mundo occidental, "aunque con un margen de autonomía propio".
Las palabras de Felipe Gonzá lez tuvieron matices más políticos que los puramente protocolarios que utilizó Sinowatz en la misma ocasión, y que fueron de admiración para la democracia española y de apoyo a los esfuerzos de paz en Centroamérica del Grupo de Contadora.
Elogios al modelo de neutralidad austriaco
En una referencia crítica a la política de enfrentamiento de los bloques, Felipe González dijo: "No creemos que la dialéctica de los bloques pueda explicar situaciones conflictivas cuyas causas son endógenas y a las que lo puede ni debe aplicarse, sin más, un esquema simplista. Cuando la tensión en una situación concreta está originada por causas políticas y socioeconómicas profundas, es ocioso pretender resolverlo en el marco de un sistema. de acción-reacción como al que a veces tienden las grandes potencias. Este enfoque de los contenciosos internacionales no es sólo distorsionador de la realidad, sino que es, además, ineficaz".El presidente español, al alabar el modelo de neutralidad activa. de Austria, que calificó de "modélico y ejemplar", afirmó también que le gustaría que España consiguiera "la paz interna que Austria distruta de manera ejemplar y que Espafia.construye intentando erradicar el terrorismo".
A tenor de las declaraciones de los dos jefes de Gobierno, la situación en Centroamenca y los esfuerzos por ayudar a recobrar la democracia a las naciones del Cono Sur americano ocuparon gran parte de la conversación. El canciller austriaco no hizo referencia concreta al modo de equilibrar la balanza comercial entre los dos países, deficitaria para España en más de 8.000 millones de pesetas, aunque sí se mostró dispuesto a aprovechar la puerta española para la penetración comercial austriaca en Latinoamérica.
La esposa del presidente español, Carmen Romero, tuvo que renunciar a última hora a acompañar a Felipe González en la visita oficial -la primera que realiza a Austria un jefe de Gobierno espaflol, y que se prolongará hasta el martes- debido al fallecimiento de su abuela paterna.
Otra desgracia familiar, el intento de suicidio, al parecer irreversible, de la esposa del ministro de Asuntos Exteriores austriaco, Edwin Lanc, ayer, de un disparo en la sien, impidió que éste acudiera al aeropuerto de Viena a recibir, junto con su canciller, al presidente del Gobierno español.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.