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Un anciano y dos 'jóvenes' aspiran a la sucesión

Cuando ni tan siquiera se ha cumplido aún el primer aniversario de la llegada de Yuri Andropov al poder, su preocupante estado de salud resucita de nuevo las clásicas cábalas sobre los misteriosos mecanismos que regulan la sucesión en el liderazgo del Kremlin.Una norma no escrita ha regido siempre la llegada al poder desde la muerte de Lenin, el fundador del régimen soviético: el heredero ha sido, simultáneamente, miembro del Politburó (máximo órgano del partido y Gobierno de hecho de la nación) y del secretariado del comité central (centro administrativo del partido).

Además del propio Yuri Andropov, tres personas cumplen en la actualidad estos requisitos: Constantin Chernienko, de 72 años de edad, tenido por partidario del continuismo brezneviano y supuesto rival directo de Andropov; Mijail Gorbachov, de 52 años, benjamín del secretariado y del Politburó, a los que accedió como encargado de los temas agrícolas; y Grirori Romanov, de 60 años, quien hasta el final de la pasada primavera simultaneó su puesto como titular del Politburó con el de jefe del partido en Leningrado, hasta que abandonó este último cargo para pasar a sentarse en el secretariado, lo que fue interpretado por muchos observadores como un movimiento previo a su lanzamiento como delfin.

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La edad y el conservadurismo de Chernienko le quitan posibilidades en la carrera por la sucesión, en la que se presentan como favoritos Gorbachov y Romanov, quienes se cree que están apoyados por el propio Andropov, con el que compartían ideas renovadoras sobre la economía soviética.

Aliev, una 'herencia'

El azerbaiyano Geidar Aliev -que no es miembro del secretariado- fue considerado en su momento como uno de los posibles sucesores de Andropov. Aliev fue ascendido a titular del Politburó justo cuando el actual líder de la URSS accedió al poder, pero, al contrario de lo que se pensó en un principio, la promoción de Aliev era simplemente una herencia de la era Breznev y no una elección de Andropov, quien, por cierto, aún no ha introducido ninguna alteración sustancial en los órganos supremos del partido en los casi 12 meses que llevá como secretario general.

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