El Parlamento británico aprueba el despliegue de los euromisiles en el Reino Unido
El Parlamento británico ha respaldado, por una mayoría de 362 contra 218, el inmediato despliegue en suelo inglés de los misiles de crucero norteamericanos. Pocas horas antes de la votación parlamentaria fueron detenidos más de 200 manifestantes en las proximidades de la base de Greenham Common, que albergará los misiles, y comenzaron a llegar a dicha base los primeros contingentes de paracaidistas que garantizarán su seguridad frente a las previsibles acciones de los movimientos pacifistas.
El debate parlamentario sobre el despliegue de los misiles de crucero se vio afectado por la invasión de Granada y por sus repercusiones en el clima de confianza entre Estados Unidos y su principal aliado europeo, el Reino Unido. La crisis de Granada ha hecho que el 73% de los británicos exprese dudas sobre la conveniencia de que Washington mantenga un control exclusivo sobre los euromisiles instalados en Gran Bretaña. Sin embargo, el ministro de Defensa, Michael Heseltine, rechazó la posibilidad de una doble llave anglo-americana. "El Gobierno británico tiene la seguridad de que Washington no ordenará el lanzamiento de ningún misil instalado en nuestro suelo sin nuestro previo consentimiento. Así ha sido durante los últimos 30 años y así continuará siendo".La doble llave (que supone un control simultáneo e igualitario sobre los misiles) fue reclamada vigorosamente por el líder socialdemócrata, David Owen, y por el líder liberal, David Steel.
Los laboristas, representados en el debate por su portavoz de Defensa, Denis Healey, insistieron en que los misiles de crucero son innecesarios tanto para la defensa del Reino Unido como para la de la Alianza Atlántica en su conjunto.
El portavoz laborista mostró su desconfianza en la voluntad negociadora de EE UU y acusó a Washington de mantener una actitud cerrada que coloca las relaciones internacionales en un camino de locura. Michael Heseltine aseguró que el despliegue no implica el fin de las negociaciones de Ginebra: "Si la URSS hace concesiones en el último minuto y es posible llegar a un acuerdo, el despliegue se paralizaría inmediatamente".
El ministro de Defensa se negó a explicar si ya habían llegado a Gran Bretaña las primeras cabezas nucleares de los nuevos misiles. Heseltine no pudo tampoco dar seguridades de que las tropas de seguridad de la base no dispararán contra los manifestantes en el caso de que la seguridad de Greenham quedara amenazada.
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