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De policía de confianza a sospechoso de estafa

Juan José Medina Lozano, de 36 años, accedió pocos meses antes de la muerte del general Franco a la corporación policial, procedente de la Guardia Civil, donde estuvo destinado durante algunos años como número normal. Sus primeros servicios estuvieron ligados al comisario Roberto Conesa, máximo responsable de la Comisaría General de Información en los primeros años de la transición española.Fue relevado del destino que tenía con Conesa porque, al parecer, su condición de ex guardia civil había producido algunas desconfianzas, posiblemente relaciónadas con la filtración a su anterior cuerpo de algunas operaciones de funcionarios policiales. Desde que se produjo su salida de la Comisaría General de Información hasta el cambio de Administración socialista estuvo destinado en una comisaría madrileña como inspector de guardia.

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El inspector de policía Medina, presuntamente implicado en una supuesta estafa cometida en Rumasa tras la expropiación

Cuando el Ministerio del Interior remodeló la actual administración policial y situó al subcomisarío Mariano Baniandrés, hombre próximo al subsecretario del departamento, Carlos Sanjuán, en la Brigada de Interior, Medina fue llamado para trabajar en este área. En recientes declaraciones del propio Baniandrés, que hasta hace unos días ha venido mostrando su apoyo público a Medina, éste se encargó de varios servicios, entre ellos el descubrimiento de la sustracción de varios expedientes dentro de la citada brigada y otros aspectos relacionados con Rumasa.

Baniandrés declaraba recientemente a la revista Tiempo que "da la casualidad, además" de que Medina ha realizado importantes servicios comprometidos. Él es el hombre que realiza a mis órdenes los descubrimientos más importantes del asunto Rumasa. Descubre las partidas que van al Instituto de Obras de Religión. Pone el dedo en la llaga del Opus Dei. Descubre una partida de muchos millones, dinero salido de Rumasa con un destino sospechoso, que creemos es con fines involucionistas".

Medina llega a la Brigada de Interior avalado por su reciente militancia en la Unión Sindical de Policía (USP), sindicato policial de corte progresista. Al poco tiempo de su nombramiento, un importante colectivo policial pide su destitución por haber realizado un informe sobre sus propios compañeros, petición que apoya sin éxito el actual director general de la Policía, Rafael del Río, que no puede impedir su continuidad en la Brigada de Interior, dada la fuerza con que se desenvuelve en algunos despachos del Ministerio del Interior el subcomisario Baniandrés, que en esos momentos goza del apoyo de algunos sectores socialistas no muy acordes con la línea emprendida por Barrionuevo.

En el mes de junio, Baniandrés y Medina son destituidos de sus respectivos puestos en la Brigada de Interior, lo que se interpreta como una pérdida de fuerza del subsecretario de Interior, Carlos Sanjuán, un hombre de Alfonso Guerra, frente a José Barrionuevo y Rafael Vera. Dos meses después, Medina era detenido por sustracción de documentos reservados y acusado de infidelidad en la custodia de éstos. Ahora está en prisión, pendiente de resolución judicial.

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