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La OTAN prepara la retirada unilateral de numerosas cabezas nucleares tácticas

Andrés Ortega

La OTAN anunciará oficialmente hoy o mañana la retirada unilateral de un importante número de cabezas nucleares tácticas instaladas en suelo europeo. Se trata de una medida impuesta por el desarrollo de nuevas tecnologías y necesidades de la estrategia. Por ello, en privado, algunos diplomáticos atlánticos insisten en la "coincidencia en el tiempo" con la cuestión de los euromisiles, pero es difícil que la OTAN deje de establecer una relación entre ambos puntos. Es una decisión que la OTAN encuentra difícil de explicar. Pues si estas cabezas son necesarias para la disuasión -o la guerra-, ¿por qué se retiran? Y si no son necesarias, ¿por qué estaban ahí?

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Presencia española sin Serra

Los ministros de Defensa de 13 países miembros de la OTAN, con España asistiendo como observadora, inician hoy en Montbello, cerca de Ottawa, dos días de reunión de otoño del Grupo de Planes Nucleares (GPN), encargado de debatir las cuestiones que plantean estas armas en el seno de Alianza. La invasión de Granada habrá sido incluida, sin duda, en la agenda, junto a los euromisiles, las maniobras sobre el papel para 1985, y la situación del debate nuclear en la opinión pública.La cuestión de las armas nucleares tácticas revestirá gran espectacularidad. El Grupo de Alto Nivel (HLG), que se reunió muy en privado, al margen del GPN, debe haber terminado ayer un estudio, comenzado en 1977, sobre las necesidades nucleares de la OTAN en Europa. El HLG es el encargado de seguir este tema y fue el que preparó la doble decisión de la OTAN sobre los Pershing 2 y misiles de crucero en 1979, en lo que afecta al despliegue. Las conclusiones del HLG llevaron ya a retirar, a partir de 1980, un millar de cabezas tácticas de Europa, y otras 572 correspondientes al número de euromisiles que se desplegarán si fracasan las negociaciones de Ginebra.

Superando, según fuentes occidentales, la resistencia de algunos sectores militares, el HLG recomienda ahora la retirada suplementaria de un importante número de cabezas nucleares tácticas. Éste puede ser el último cometido del HLG. Se espera que la cifra se sitúe entre 1.000 y 2.000 si, finalmente, se anuncia en términos globales en Montebello. Afectará principalmente al sector de las minas de demolición y de la defensa antiaérea. Será, posteriormente, el comandante supremo de la OTAN en Europa, el general Bernard Rogers, el que tenga que precisar la distribución de esta reducción.

Minas de demolición

Las minas nucleares de demolición están destinadas a mover grandes bloques de terreno o provocar para bloquear el paso de carreteras, puertos o dar otras facilidades a unas eventuales tropas atacantes. El problema es que su explosión tendría lugar cerca del frente de la OTAN con los consiguientes peligros de precipitación radioactiva para los propios soldados occidentales.Tanto estas minas como las cabezas nucleares antiaéreas tienen un carácter eminentemente defensivo y, además, serían utilizadas pronto en un conflicto, provocando una escalada. Al retirar parte de ellas, la OTAN quiere reducir su dependencia en estas armas y elevar algo el umbral nuclear.

En cualquier caso, señalar, las fuentes, quedará el número suficientemente impresionante de 6.000 cabezas nucleares de todo tipo de que dispone la OTAN en Europa en la actualidad.

El GPN debatirá, además, la doctrina, insuficiente para muchos, de la OTAN para el empleo de armas nucleares.

Se trata de establecer una relación correcta entre defensa y disuasión, y la restauración de la disuasión dentro de la guerra, si ésta estalla. Según un alto diplomático occidental, "las armas nucleares tienen una función de mantenimiento de la paz que obliga a buscar soluciones políticas a los conflictos. No se puede suspender su papel, pues se abre entonces el camino a la guerra incontrolable".

Otros quieren utilizar la decisión, con gran énfasis en su carácter unilateral, para ayudar a tragar la píldora del despliegue de los euromisiles.

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