7. 000 hombres para 9.000 objetivos
60 comisarios, 130 subcomisarios y 800 inspectores del Cuerpo Superior de Policía están destinados en Madrid. A ellos hay que añadir 6.000 agentes de la Policía Nacional. Estas fuerzas se reparten entre las 19 comisarías de distrito; los destacamentos del aeropuerto de Barajas y los juzgados de la plaza de Castilla; y las brigadas regionales de Información, Policía Judicial y Seguridad Ciudadana.Por término medio, cada comisaría cuenta con 25 ó 30 funcionarios del Cuerpo Superior de Policía, organizados asimismo en tres grupos: información, judicial y seguridad ciudadana. Su trabajo es reforzado por una compañía de Policía Nacional al mando de un capitán, cuya dotación oscila entre los 80 y los 200 hombres.
Los 6.000 policías nacionales tienen la obligación, derivada del Plan de Seguridad Ciudadana, de vigilar diariamente, a pie o en coche, un total de 9.062 objetivos. Desde la aprobación del plan, los agentes uniformados trabajan en cuatro tumos de seis horas. Entre los objetivos a, cubrir destacan 1.814 bancos y cajas de ahorro, 1.555 farmacias, 753 estancos, 469 despachos de quinielas, 429 joyerías, 242 centros oficiales, 231 centros sanitarios, 166 administraciones de lotería, 158 gasolineras, 111 grandes almacenes y 75 armerías. Del resto de los objetivos, 3.059 son instalaciones militares, partidos políticos y sindicato, medios de comunicación, embajadas y domicilios particulares, entre otros.
El tráfico y consumo de drogas, fundamentalmente de heroína, es el principal problema de seguridad ciudadana en Madrid. Un 80% de los delitos contra la propiedad están protagonizados por heroinómanos, según Fernando Martín, jefe del grupo de estupefacientes de la jefatura superior.
Por su repercusión en la opinión pública, la policía dedicará particular atención al complejo cívico-comercial Azca, donde desde hace unos días patrullan policías nacionales a pie También se vigilarán la Gran Vía y sus aledaños, donde ha reaparecido con fuerza la prostitución femenina -que en determinadas circunstancias puede ser considerada escándalo público-, y el paseo de la Castefiana, convertido últimamente en escaparate de travestidos y jóvenes varones que se prostituyen.
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