La policía, desmoralizada dividida por los conflictos y internos, se enfrenta a mas de 6.000 delitos mensuales
, El destino de los informes solicitados en septiembre era cumplimentar un encargo del director de la Seguridad del Estado, Rafael Vera: la elaboración de un Plan de Seguridad Ciudadana para la capital de España, que pudiera servir de guía al resto de las grandes ciudades del país.En aquel momento, la policía madrileña había entrado ya en la situación que actualmente atraviesa y que todas las fuentes consultadas califican como la peor de su reciente historia. Como afirma con rotundidad un inspector de la comisaría de Fuencarral, que como la mayoría de funcionarios policiales rehusa que su nombre sea publicado, "nuestra moral está por debajo de los suelos".
Dos son los temas de conversación que hacen gastar más saliva en las comisarías y en los coches patrulla. El primero hace referencia al hecho frecuente de que. personas detenidas como presuntos autores de delitos . sean puestas inmediatamente en libertad. provisional por los jueces. "Ya sabemos que eso es lo legal, pero como ni siquiera se nos informa de ello, se nos viene el mundo abajo cuando por la noche encontramos en un bar al tipo al que detuvimos por la mañana durante un atraco", prosigue el inspector de Fuencarral.
Los policías dicen que los delicuentes estan crecidos, que han perdido el respeto a las fuerzas de seguridad, y es ahí donde entra la segunda queja corporativa. "Todo el mundo habla de los derechos humanos de los delincuentes, pero a nosotros se nos mira como apestados".
Al margen del malestar policial en relación a las autoridades judiciales y los medios de comunicación, existen otras circunstancias objetivas en esta crisis. El incremento de la delincuencia es una de ellas. Entre el 1 de mayo y el 31 de julio de 1983, el número total de delitos cometidos en Madrid se incrementó en un 38% en relación al mismo trimestre del año anterior, y se situó en torno a los 6.000 mensuales.
En agosto continuó esta tendencia: 8.234 delitos, frente a los 5.638 del mismo mes de 1982, lo que supuso un alza del 46%. Una de, las causas de este fenómeno es, según Antonio Garrido, jefe superior de Madrid, la excarcelación de presos derivada de las reformas de la ley de Enjuiciamiento Criminal y del Código Penal.
Pero en la presente crisis policial influyen otros factores. "Estamos destrozados por las guerras internas", reconoce un inspector de la comisaría de Chamartín. El supuesto enfrentamiento entre Carlos Sanjuán, subsecretario del Interior, y Rafael Vera, director de la Seguridad del Estado; la tensión entre el ministro Barrionuevo y los sindicatos policiales, y la detención de ex miembros de la Brigada de Interior, acusados de sustraer documentos confidenciales, son hechos recientes de los que se habla con desaliento en las dependencias policiales madrileñas.
En este conflictivo marco fue elaborado el Plan de Seguridad Ciudadana de Madrid. En los primeros días de septiembre, las 19 comisarías de la ciudad remitieron los informes solicitados a la Inspección de Personal y Servicios de la Jefatura Superior de Policía, donde, a marchas forzadas, un equipo dirigido por un comisario apellidado Carballeira redactó las 700 páginas que forman el documento definitivo. La primera fase de aplicación del Plan comenzó el lunes, 19 de septiembre.
Dualidad de mando
Algunos de los informes previos de las comisarías madrileñas señalaron con crudeza uno de los problemas que merman la operatividad policial. El de la comisaría de San Blas afirmó que el Plan de Seguridad sería inviable mientras continuara la dualidad de mando en la policía uniformada. "El auténtico mando de la Policía Nacional, mientras existan los reglamentos actuales, serán sus jefes militares", dice textualmente el informe de San Blas.
A este problema, las fuentes consultadas han añadido el hecho de que entre un 10% y un 20% de los efectivos de Policía Nacional en Madrid están dedicados a tareas de peluqueros, carpinteros, albañiles, practicantes, electricistas o camareros en sus respectivas compañías, bajo la denominación de servicios logísticos.
El Plan de Seguridad Ciudadana, afirma el comisario Carballeira, pretende superar, entre otras, esta situación. "La filosofia del Plan", dice su coordinador, "es aumentar la presencia de la policía uniformada en las calles de Madrid, sin que se amplíe su plantilla. Vamos a reducir al mínimo el número de hombres destinados a servicios de régimen interno, como los hasta ahora desempeñados por muchos policías nacionales".
Este objetivo, indican los sindicatos del Cuerpo Superior, no será del todo posible hasta la desmilitarización de la Policía Nacional. El segundo objetivo del, Plan es descentralizar los servicios policiales. Para ello han sido traspasados vehículos desde la Jefatura Superior a las comisarías de distrito. La policía cuenta en Madrid con 171 coches radiopatrulla del tipo zeta. La mayoría de ellos dependían del servicio telefónico 091, centralizado en la Puerta del Sol, pero del estudio realizado para la confección del Plan se deduce que con sólo 50 se cubren las necesidades derivadas de las llamadas urgentes. Los 121 restantes están ya adscritos a las comisarías con misiones de patrulla en zonas determinadas.
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