La arquitectura madrileña se mueve entre el racionalismo y el eclecticismo

Los redactores de la revista bimestral inglesa International Architect, publicación de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA), han llegado a la conclusión de que no existe una Escuela de Madrid que defina la arquitectura de la ciudad, tras el estudio de 15 edificios y dos proyectos urbanísticos, que resumen en el título La imposible Escuela de Madrid: entre el racionalismo y el eclecticismo, que ha sido objeto de un número monográfico, y que desde ayer sus páginas han pasado a paneles expuestos en el Colegio de Arquitectos de Madrid.

El segundo número de UIA-International Architect, órgano de expresión de la UIA con sede en Londres, está dedicado a la arquitectura de Madrid, tras la publicación del volumen anterior titulado La nueva arquitectura de Francia después del 68: la teoría en la práctica. Tienen la intención de recoger la arquitectura de una ciudad o de un país, a través de las tendencias más características, los materiales empleados, las condiciones culturales y una selección de obras con reseñas biográficas y de los edificios o proyectos.Es posible que la publicación analice en un futuro la arquitectura de Barcelona, cuya escuela de los años sesenta y principios de los setenta tuvo una mayor relevancia en los ámbitos internacionales y que ahora se sitúa en oposición a las diversas tendencias que la revista descubre en Madrid, cuyos proyectos, en la mayoría de los casos, han sido difundidos por revistas especializadas.

Las páginas de International Architec han pasado a fotocopias gigantes para ser expuestas al público los edificios y proyectos de Estudio Dos, Antonio Vázquez de Castro y José Luis Iñiguez, Julio Cano Lasso, Antonio Vélez, Pedro Herrero y Alvar Aritio, Rafael Moneo y Ramón Bescás, Manuel e Ignacio de las Casas, Jerónimo Junquera y Estanislao Pérez Pita, Alberto Campo, Ricardo Aroca, Juan Navarro, José Antonio Corrales, Javier Carvajal y Francisco Sáenz de Oíza. El número se abre con estudios generales de David Dunster y Juan Miguel Hernández León.

La selección de obras y arquitectos de los últimos diez años, realizada por miembros de la revista antes del verano, no ha sorprendido a los profesionales, que resaltan la inclusión de nombres muy conocidos y la ausencia de representantes de las tendencias posmodernas. Hay un predominio del racionalismo, como una constante en la arquitectura actual, del funcionalismo y del eclecticismo.

Para Jaime Tarruell, encargado de las actividades culturales del Colegio de Arquitectos, la exposición üeinuestra que "la representación es verdaderamente digna y que hay muy buenos arquitectos que desgraciadamente desconocemos o infravaloramos". Como peculiaridades de una arquitectura madrileña señala "una cierta sobriedad compositiva, el empleo de materiales coherentes, sobre todo el ladrillo, y la ausencia de planteamientos escenográficos o formalistas".

Uno de los arquitectos seleccionados, Alberto Campo, considera la pluralidad de tendencias como un rasgo positivo de una teórica Escuela de Madrid, que no tiene rasgos castizos, "sino un espíritu más sobrio, de una traducción española, con una tecnología menos avanzada que no quita la perfección".