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Resignación y cautela del sector eléctrico ante la decisión del Gobierno de imponer una moratoria en el programa nuclear

El sector eléctrico, incluidos los intereses industriales propiamente nucleares, reaccionaron ayer con cautela, no exenta de una buena dosis de resignación, ante la política anunciada por el Gobierno de proceder a una moratoria a medio plazo en el amplio programa nuclear español. "Hasta que no se nos comuniquen oficialmente los detalles concretos del alcance de la moratoria, no queremos dar una opinión definitiva. Sin embargo, sí podemos adelantar que la inevitabilidad de la moratoria es un hecho asumido ya por el sector a lo largo de las negociaciones que se han celebrado con el Ministerio de Industria desde principios de año", manifestó un portavoz de Unesa, sociedad que representa los intereses de las principales compañías eléctricas.

El Fórum Atómico Español, organismo que representa los intereses más amplios de las compañías productoras y distribuidoras de energía eléctrica, a los fabricantes nacionales de bienes auxiliares de equipo nuclear, así como a las empresas extranjera, que ostentan las patentes y la comercializaión de los grupos nucleares, hizo público, por su parte, un comunicado en el que se celebra que el Gobierno, pese a la moratoria, "no esté cuestionando un problema cualitativo respecto a la energía nuclear, es decir, no esté rechazando la opción nuclear ni poniendo en duda sus características de seguridad y costes"."Simplemente", dice la nota, "se está queriendo acomodar su cantidad a unos supuestos de demanda de energía eléctrica de cara al horizonte 1992".

Ante esta política, sin embargo, el Fórum Atómico Español expresa su desacuerdo con las previsiones tan moderadas del Gobierno, tanto en cuanto a crecimiento económico como a la evolución del consumo de energía eléctrica, y resalta el hecho de que la experiencia demuestra -y así lo han comprendido los países del Este y de Occidente que ante ese riesgo (acertar en cuanto al crecimiento de la demanda) es menos malo equivocarse por exceso". La nota cita el caso de que, mientras el ministerio prevé un incremento anual acumulado del 3,3% en la demanda de energía eléctrica de aquí a 1992, sólo en los ocho primeros meses de este año el consumo eléctrico se ha incrementado en un 4,8%.

Al margen de las declaraciones formales, la opinión extendida en el sector es que la paralización transitoria del programa nuclear tiene aspectos financieros positivos para las compañías eléctricas, que, pese a la pérdida de unos 500.000 millones de pesetas en inversiones realizadas, recibirán, compensaciones adecuadas que impedirán que sus cuentas de resultados experimenten quebrantos irreparables. La creación, del llamado Fondo de Compensación, que se financiará vía tarifas, permitirá que aquellas sociedades perjudicadas por la moratoria nuclear perciban cantidades a cuenta con las que saldar los compromisos que hayan podido adquirir.

Por otro lado, sin embargo, queda el interrogante de lo que puede pasar en el sector de bienes de equipo, que ha podido sobrevivir, en parte, a los años de crisis gracias al tirón que representaba la demanda de sus productos por parte de las empresas inmersas en el desarrollo y la construcción de las centrales.

El problema, en cualquier caso, se sitúa a la hora de evaluar las cantidades que, empresa por empresa, se han invertido en la parte del programa nuclear que se verá afectado. "Todavía no sabemos oficialmente ni el cómo, ni el cuándo, ni el cuánto" de las compensaciones, señaló un directivo de Unesa. "Por eso es arriesgado determinar una posición frente a un organismo que, por otro lado, tiene la libre facultad para reglamentar el sector".

Lo que está claro en cualquier caso, según se puso de manifiesto ayer en determinados grupos de consumidores, es que los que van a pagar la moratoria nuclear son los que en su día, vía tarifas, también pagaron el ambicioso programa: los usuarios. El propio ministro de Industria, Carlos Solchaga, explicaba, en la conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros del jueves, que 25 de los 49 céntimos de la última subida se destinarán a cubrir el quebranto experimentado por las empresas que vean sus centrales paralizadas.

Un aspecto importante que permanece abierto a la hora de determinar el impacto económico sobre las compañías de la paralización nuclear es que todavía no se ha decidido qué centrales ni cuántas se. verán afectadas. "No es lo mismo paralizar Trillo II que Valdecaballeros I", manifestó una fuente autorizada del sector eléctrico.

Hasta ahora, los cinco grupos o centrales que, según la última versión del Plan Energético Nacional, no figuran en las previsiones ministeriales son los dos de Lemóniz, los dos de Valdecaballeros y, al parecer, el segundo de Trillo. Ayer, sin embargo, fuentes privadas dudaban de que el Gobierno se decida a paralizar Valdecaballeros I, donde se han invertido ya, según fuentes de las compañías, unos 200.000 millones de pesetas. Más probable, según la misma versión, es que se decidan por Trillo II (donde no se han hecho todavía grandes desembolsos), Ascó II, Valdecaballeros II (pese a la existencia de muchos elementos comunes con el grupo I) y los dos de Lemóniz.

La selección de estas centrales es el principal tema de discusión en las negociaciones que están celebrando estos días los más altos responsables de las compañías y el ministro de Industria."

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