El Nobel de la Paz a Lech Walesa
La difícil situación económica y social que atravesamos provoca una lenta pero permanente degeneración del comportamiento, tanto individual como colectivo, que deja cada vez menos espacio para la capacidad de sorpresa. La concesión del Nobel de la Paz, que debería elevar y ensalzar comportamientos en este sentido, vuelve a utilizarse para echar más leña al fuego.Ha habido siempre muchos sindicalistas que han sabido luchar por los derechos de los trabajadores, y en este mismo país bastantes han sido reprimidos, golpeados y encarcelados. Pero nunca ninguno ha merecido la atención que hoy se rinde al polaco Lech Walesa.
Es evidente, para cualquier ciudadano mínimamente informado, que la elección de Walesa tiene segundas y hasta terceras intenciones, pero creo que por encima de ellas hay que denunciar una que no podemos bajo ningún concepto ignorar: intenta enturbiar y desprestigiar todo aquello que pueda servir de motivación para la lucha por la paz. /
. Barcelona.
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