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La policía desarticula una banda internacional que introdujo en España 500.000 dólares falsos

Cuatro hombres -un español, un argelino, un francés y un etíope-, han ingresado en la prisión de Carabanchel acusados de haber introducido en España casi medio millón de dólares falsos, para financiar una gran operación de compra de cocaína en un país de Latinoamérica. Las pruebas de la implicación de los dos primeros -Lázaro Guillén y Frederick Romero-, parece más consistente, en tanto que los dos pilotos de la avioneta que sirvió de transporte, podrían ser puestos en libertad. Los cuatro hombres fueron detenidos el pasado 8 de octubre en un hotel malagueño. El caso ha pasado al juzgado central número 1 de la Audiencia Nacional.

En la tarde del pasado sábado, un grupo de inspectores de la Brigada Central de Estupefacientes irrumpió en el Aitana, un hotel de cuatro estrellas situado en el paseo de la Castellana, y detuvo a cuatro clientes, en una decuyas habitaciones se encontró una bolsa de viaje con medio millón de dólares falsos, equivalentes a más de 76 millones de pesetas. La calidad de impresión de los billetes falsos era muy buena, según los expertos policiales.Los detenidos habían Regado esa misma mañana a Barajas, procedentes de Montecarlo, a bordo de una avioneta Piper Navajo de seis plazas, de la compañía francesa TAM, con matrícula F-BTQB. Ninguno de ellos tenía antecedentes en Interpol.

Philip Ehlsheid, etíope de 25 años y piloto de la avioneta, y Michel Droin, francés de 44 años y copiloto del aparato, es posible que no conocieran la operación de introducción de moneda falsa en España, en la que, conscientemente o no, participaron. Según fuentes judiciales, podrían ser puestos en libertad en fechas próximas. En cambio, parece más segura, al decir de la policía, la responsabilidad de Frederick Romero, nacido en Argelia hace 25 años, y Lázaro Guillén Cobaleda, un jiennense de 34 años que, desde muy pequeño, vive en Montecarlo.

Visitas de exploración

El pasado 1 de octubre, Romero y Guillén efectuaron un viaje desde Cannes (Francia) a Barcelona, y desde esta ciudad a Madrid y Vigo, en una avioneta similar a la empleada para la presunta introducción de dólares falsificados. El objetivo de estos desplazamientos era tantear el terreno, comprobar la eficacia de los controles en las aduanas españolas y establecer contacto con los compradores de la falsa moneda, cuya identidad no ha sido revelada por la policía, al parecer, por serle desconocida. Como todo pareció ir bien para sus planes, Romero y Guillén volvieron a la Costa Azul, recogieron la ilegal mercancía y volvieron a salir por vía aérea para Madrid, donde llegaron en la mañana del día 8.Los supuestos traficantes superaron sin aparentes problemas el control de aduanas de Barajas y se inscribieron en el hotel Aitana. Pero algo en su conducta en el aeropuerto había alertado a la policía, que los siguió de cerca y detuvo, horas después, en su alojamiento.

Engañar a los traficantes

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Según la versión policial de los hechos, los dólares falsos estaban destinados a financiar la compra de una importante cantidad de cocaína en un país latinoamericano. Todo parece indicar que los compradores pensaban engañar a los vendedores de la droga, cuyo destino final era España y, tal vez, otros países europeos. Guillén y Romero, llevaban una vida acomodada, en la Costa Azul, aunque se desconoce la procedencia de sus ingresos. En cuanto a la moneda, ésta fue falsificada en Francia, cuya policía ha iniciado investigaciones para esclarecer definitivamente el caso. Al parecer, existe preocupación en medios policiales del país vecino por la calidad de la falsificación y por el hecho de que las cuatro personas detenidas en España carecen de antecedentes, y no han revelado tampoco la procedencia exacta de los dólares falsos.

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