_
_
_
_
Gente

Peter Mortiboy,

18 años, ha sido despedido de la Rolls Royce, donde trabajaba y seguía un curso de aprendizaje, porque el constructor británico de los vehículos más prestigiosos del mundo no tolera a los punkies. Mortiboy iba a trabajar con todo el pelo en punta, gracias a que se lo encolaba, y llevaba 18 pendientes, un collar de perro en el cuello, una pulsera de acero en la muñeca y un gran clavo en la nariz. La justificación que la empresa ha dado a su despido, aceptado por un tribunal de Bristol, es que su cabeza de puerco-espín constituía un peligro para sus compañeros. "Niego que mi peinado sea peligroso", se ha defendido el aprendiz. "Jamás he herido a alguien ni cuando las discotecas están a tope". El chico confiesa que duerme boca abajo y que no está contento si no lleva la apariencia que quiere.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_