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Kissinger inicia en Panamá una apretada gira por toda la región centroamencana

El ex secretario de Estado Henry Kissinger inició ayer en Panamá una apretada gira de seis días que le llevará a todos los países centroamericanos, con estancias máximas de 24 horas en cada uno. Este regreso de Mister K al escenario internacional aparece rodeado del boato de sus mejores tiempos (avión especial, cuatro congresistas, un senador, varios auxiliares y numerosos agentes de seguridad), pero está desprovisto de la médula del poder. no tiene capacidad para negociar y decidir, sólo para proponer

A su llegada a Panamá, el domingo por la noche, lo explicó él mismo: "No vengo a esta región a realizar negociaciones de ningún tipo, ni a hablar con dirigentes guerrilleros, ni a nada semejante, sino a establecer metas y diseñar programas para los objetivos fijados por mi país".Kissinger encabeza desde mediados de julio una comisión bipartidista norteamericana que Ronald Reagan creó con el propósito de fijar, con el consenso de republicanos y demócratas, una política de largo aliento en Centroamérica, que pudiera mantenerse inalterable, hasta finales de siglo, por encima de los vaivenes electorales de Estados Unidos.

Diferencias internas

En las reuniones celebradas hasta ahora por la comisión han aflorado profundas diferencias internas y que tal vez obliguen a rebajar meta tan ambiciosa. Así lo ha reconocido implícitamente el propio Kissinger, al declarar en la capital panameña que la comisión pretende delimitar los objetivos de su país en América Central para los próximos cinco años, que es el período razonable de mandato que aún resta a la Administración republicana con la probable reelección de Reagan.El programa de Kissinger en Centroamérica es, por otra parte, tan apretado que difícilmente podrá obtener más que un conocimiento esquemático de la realidad. También esta limitación la ha asumido antes de partir de Washington. "Es evidente que en una semana no nos transformaremos en expertos de cada uno de los países. Lo que deseamos obtener de este viaje es el ambiente de cada país, un juicio de sus personalidades y la posibilidad de plantear los problemas que nos preocupan".

Durante el día de ayer, la delegación norteamericana permaneció en Panamá, donde Henry Kissinger se entrevistó con el presidente Ricardo de la Espriella, mientras que otros miembros de su equipo se reunión con representantes del Gobierno y la oposición. Hoy visitará Costa Rica; mañana, El Salvador; el jueves estará en Guatemala; el viernes, en Honduras, y el sábado, en Nicaragua, único país donde no pernoctará.El objetivo es entrevistarse en cada nación con todas sus fuerzas vivas no exclusivamente políticas. Donde lo tiene más dificil es en El Salvador y Guatemala, países en los que la oposición de izquierda no puede pasearse libremente porque ha emprendido la lucha armada. Algo de esto podría decirse también de Nicaragua, pero dentro de su territorio sobreviven aún partidos y grupos económicos abiertamente enfrentados con el proyecto sandinista. Sus líderes podrán hablar con la comisión bipartidista. Las fuerzas guerrilleras que luchan contra el régimen de Managua (FDN y ARDE) han realizado, por su parte, activas gestiones en Washington para poder exponer directamente sus puntos de vista al equipo de Kissinger.

Los opositores salvadoreños han hecho esfuerzos infructuosos en el mismo sentido. El presidente socialdemócrata del Frente Democrático Revolucionario (FDR), Guillermo Ungo, que se encontraba ayer en Panamá, manifestó que si lograba entrevistarse con miembros de la delegación norteamericana iba a pedirles que "no ignoren la realidad de la región". Y añadió: "Nosotros somos una importante realidad en El Salvador".

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