El Papa aprovechará la muerte del cardenal Cooke para remodelar la Iglesia en EE UU
La muerte, el jueves, del cardenal Terence Cooke, arzobispo de Nueva York, puede dar la ocasión a Juan Pablo Il para proceder a una importante reestructuración de la jerarquía católica norteamericana.Por primera vez desde 1808 -en que la creación simultánea de cuatro diócesis (Nueva York, Filadelfia, Boston y Luisville) originó sendos nombramientos- en el próximo año y medio van a ser designados cuatro nuevos cardenales, de los 10 que hay en EEUU.
El Vaticano tiene prisa por encontrar sucesor al cardenal Cooke, muerto esta semana de leucemia, y al también cardenal Humberto Medeiros, arzobispo de Boston, fallecido el mes pasado. Otros dos cardenales, Timothy Manning, arzobispo de Los Ángeles, y John Krol, de Filadelfia, alcanzarán en 1984 y 1985, respectivamente, la edad de su jubilación, 75 años.
Los obispos estadounidenses adoptaron en mayo pasado una firme actitud de oposición a la carrera de armamentos nucleares y al principio de la disuasión, actitud que ha sido vivamente criticada por la Casa Blanca.
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