Beirut atribuye las declaraciones de Jumblat a presiones de los sirios
Una intensa polémica se desarrolla en Líbano a raíz de las manifestaciones del líder druso Walid Jumblat en las que anunciaba la formación de una Administración drusa en la región del Chuf, al este de Beirut. Un portavoz oficial las ha atribuido a presiones de los sirios. Los embajadores de los cinco países miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (Estados Unidos, Unión Soviética, Francia, Reino Unido y China), más Italia, fueron convocados ayer por el Ministerio libanés de Asuntos Exteriores.
El Gobierno libanés ha encarado seriamente la iniciativa de Jumblat y manifiesta que evitará que desemboque en la partición del país. Un portavoz oficial y consejero del presidente considera que el dirigente druso "no es libre a la hora de tomar decisiones" y que el anuncio de la creación de una Administración drusa "forma parte de la actual estrategia siria en Líbano".
Las vivas reacciones provocadas por el proyecto druso han obligado a Jumblat ha realizar ciertas matizaciones. Según el dirigente del Partido Socialista Progresista, la Administración local propuesta sólo pretende organizar la vida cotidiana en la montaña drusa en unos momentos en que en ella reina la destrucción y entretanto el Estado no se hace con el control de la situación. Para Jumblat, "no se trata de una partición".
Los observadores, sin embargo, anotan que el anuncio de la puesta en marcha de tal Administración se produce tras la práctica expulsión de los cristianos que vivían en el Chuf y el alojamiento en los hogares abandonados de los refugiados drusos procedentes de otras partes de Líbano.
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