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La diplomacia de Albania y España intercambia sonrisas en terceros países

Durante años anduvo el embajador albanés en Yugoslavia intentando no toparse en los cócteles diplomáticos con los representantes de la Unión Soviética, de Estados Unidos, de la Santa Sede y de España.Su Gobierno no le permitía estrecharles la mano y, si se le acercaban, tenía que darles primero una profesional sonrisa y luego la espalda. Pero, a raíz de la muerte del Gobierno Arias Navarro y, sobre todo, de la expulsión de España del pretendiente al trono albanés, Leka Zogu, por contrabando de armas, el embajador albanés empezó a sonreírle a su homólogo español, Fernando Olivié, sin darle la espalda. De las emisiones de Radio Tirana empezaron a desaparecer los calificativos de monarco-fascista para el régimen español y lejos quedaban también los tiempos de apoyo al FRAP.

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Si Israel y Albania son los dos únicos países mediterráneos sin embajada española, la inversa es simétrica: ni España ni Israel tienen embajada en Tirana. España enviaba en 1980 una delegación comercial, presidida por Fernando Ballestero, hoy asesor de comercio exterior en Presidencia. A partir de entonces, los dos países se saltan los intermediarios suizos en su comercio mutuo. Albania ha participado por primera vez con pabellón propio en la última edición de la Feria de Muestras de Barcelona. Ya el embajador español en Yugoslavia asiste regularmente a la recepción de la fiesta nacional albanesa, pero el proceso de establecimiento de relaciones parece descansar en algún cajón en Madrid.

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