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Fracasan las conversaciones para incluir al Partido Laborista en el nuevo Gobierno de Israel

Las conversaciones para la formación de un Gobierno de unión nacional en Israel quedaron rotas ayer Isaac Shamir, encargado de formar un nuevo Gabinete, y Simón Peres, líder de la oposición laborista, pudieron comprobar en su último encuentro, ayer, el estancamiento de las negociaciones y se dieron por vencidos, renunciando al intento de encontrar una amplia coalición.Tras rechazar los cinco puntos planteados por los laboristas, especialmente la exigencia de éstos de que se congelase la política de colonización judía en Cisjordania, Isaac Shamir propuso la formación de un Gobierno conjunto, pero sin ningún programa común. El futuro Gabinete debería zanjar cada problema que se presentase por mayoría de votos.

Como era previsible, Peres rechazó esa última sugerencia, ya que el Likud de Shamir y sus aliados contarían con una mayoría de ministros en la coalición -cuestión que había sido aceptada por los propios laboristas-. Sin un programa de gobierno discutido de antemano, cualquier desacuerdo en el Gabinete de unidad nacional sería solventado a favor del Likud. "No podíamos aceptar este mal negocio", declaró ayer el líder laborista.

Víctor Shem-Tov, líder del Mapam (sionista-socialista que forma parte de la coalición laborista), no ocultó su alivio por el fracaso de las conversaciones "que si hubiesen finalizado con éxito habrían supuesto el principio del fin del laborismo en Israel".

Los seis diputados rebeldes de la coalición Likud, cuya insistencia impulsó a Shamir a invitar a los laboristas para que participasen en un Gobierno de unidad nacional, no se sienten derrotados por el resultado negativo de las negociaciones. "No estamos nada satisfechos con las respuestas dadas por Shamir a los planteamientos de Peres", ha afirmado uno de ellos, el liberal Zakai. "Haremos todo lo que esté en nuestra mano para que se reanuden las negociaciones", añadió.

La única posibilidad que tienen estos seis rebeldes para que sea escuchada su insistencia en la necesidad de un acuerdo con el Partido Laborista es mantener su cohesión y amenazar con no votar a favor del Gobierno de Isaac Shamir.

En la despedida de ayer entre Isaac Shamir y Shimon Peres no hubo animosidad. Incluso subrayaron ambos el clima "amistoso y serio" en que se desenvolvieron las conversaciones, a pesar del desacuerdo final.

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