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Divergencias en CC OO sobre la postura del sindicato respecto a la concertación social

La forma en que Marcelino Camacho, secretario general de CC OO, presentó el pasado martes ante el consejo confederal de esta organización la postura del sindicato frente a la concertación, ha provocado la sorpresa y el disgusto en determinados sectores de CC OO, que creen que no era ese el espíritu con que el tema fue decidido días antes en la comisión ejecutiva. A juicio de estos sectores, el planteamiento efectuado por Camacho fue excesivamente radical, en el sentido de agudizar las dificultades para un futuro pacto social.

La postura expuesta por Camacho el pasado martes ante el consejo confederal y reiterada ayer en conferencia de prensa, sitúa a CC OO a larga distancia de las ideas que el Gobierno, sostiene respecto a la concertación social. Marcelino Camacho reafirmó ayer sus deseos de negocia e insistió que es el Gobierno quien no desea hacerlo. El Gobierno, por su parte, ha afirma do por boca de Miguel Boyer en las reuniones que mantuvo con patronal y sindicatos, que quiere ; la concertación y que la negociación, se llevará a cabo en forma continua mientras dure el programa.Bajo la óptica de Camacho y de otros sectores de la organización, la reunión entre sindicatos, patronal y representantes del Gobierno fue "arrancada" al Ejecutivo y consistió en un puro trámite, por lo que las afirmaciones realizadas en la misma pierden parte de su valor. Otros sectores, aun reconociendo que este planteamiento tiene bases sólidas, defendieron ante la ejecutiva la necesidad de que como organización se defendiera no sólo el deseo de negociación, sino, además, sus posibilidades, escasas o no.

Por otro lado, y dentro de esta estrategia, los citados, sectores preconizaban que CC OO no debía adelantar ninguna cifra -ni siquiera aproximada- sobre aumentos salariales, a la vez que habría que delimitar muy claramente que la campaña de movilizaciones tenía. como objetivo. fundamental la aplicación de la jornada de 40 horas, sin ligarlas de momento, a las dificultades para la concertación.

Su propuesta se apoyaba en que, tras la reunión con Boyer y sus promesas de negociación, el sindicato no podía enarbolar como bandera una supuesta negativa gubernamental que, al menos verbalmente, había sido desmentida.

Evitar un callejón sin salida

Las tesis defendidas por estos sectores -los que propugnan una clara independencia del sindicato con respecto al PCE- eran las de mantener una actitud expectante, sin asumir compromisos a los que más tarde hubiera de renunciarse, y, sobre todo, que cualquiera de las posiciones que se adoptasen no significara meter al sindicato en un callejón sin salida. Se trataría de hacer una crítica en profundidad de la forma en que el Gobierno ha afrontado estos temas, del escaso margen de maniobra que delimitaba la propuesta gubernamental, y, a partir de ahí, tomar la iniciativa haciendo hincapié en la necesidad de establecer un calendario de negociaciones que imposibilitara mayores demoras en el inicio de la concertación.La intervención de Camacho, a juicio de los repetidos sectores, fue más, allá de lo acordado. Y, a pesar de su reiteración en los deseos negociadores de CC OO, lo que venía a plantear era la imposibilidad real de llevar a la práctica tales deseos. Ayer, al presentar en conferencia de prensa las conclusiones del secretariado, la actitud de Marcelino Camacho estuvo más matizada, aunque persistiera en las apreciaciones del día anterior. En este sentido, señaló que el incremento salarial sería objeto de una reunión específica de la ejecutiva y, al hablar de la concertación, aseguró que las mayores dificultades estribaban en su primer año, ya condicionado por los Presupuestos del Estado, mientras que daba la posibilidad de intervenir sobre los dos años siguientes.

Al mismo tiempo afirmó que las bases sobre las que, a juicio de CC OO, había que abordar la negociación estaban ya fijadas en su programa de solidaridad: reindustrialización, reforma agraria, control del sistema financiero, introducción de nueva tecnología acompañada de reducción de jornada, sector público, etcétera. También adelantó que el primer objetivo de las conversaciones con patronal y Gobierno tendría que ser el, de fijar el temario de las negociaciones y establecer sus mecanismos.

Las críticas ayer se ampliaron al incumplimiento del programa socialista poniendo como ejemplo la reducción de jornada, la contratación temporal, la rebaja en los puestos de trabajo a crear y el mantenimiento del poder adquisitivo. En cuanto a las movilizaciones, que vinculó al proceso de negociación, anunció ya las fechas probables para llevarlas a cabo: el 6 de octubre en Barcelona y el 18 de octubre en Madrid y Valencia.

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