El jefe del Estado Mayor del Ejército no asistirá al relevo militar en Valladolid

El jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), Ramón Ascanio Togores, no presidirá, en contra de lo anunciado oficialmente con anterioridad, la toma de posesión del nuevo capitán general de la VII región militar, Ricardo Rivas Nadal, que tendrá lugar en Valladolid a mediodía de hoy. El relevo se produce para cubrir la vacante creada por la destitución fulminante del general Fernando Soteras Casamayor, que ostentó el mando hasta el pasado miércoles día 14. La víspera del Consejo, el JEME pidió al ministro el cese de Soteras a causa de las declaraciones que este último formuló llenas de "comprensión" hacia el golpe del 23-F y en favor de la concesión de indulto a los condenados por aquella intentona.

En Valladolid hay una fuerte expectación y algún temor de que se pretenda montar un incidente por algunos sectores ultraderechistas. Fuentes del Estado Mayor de Capitanía afirmaron ayer a EL PAÍS que la situación estaba controlada y pronosticaron que la ceremonia se celebraría con normalidad. En su domicilio de Madrid, al que se reintegró ayer, el general Soteras parece que se han recibido testimonios privados con algunas muestras de solidaridad. Se asegura que un destacado general, próximo a resignar el mando por razones de edad, ha hecho llegar por el conducto reglamentario su acuerdo con las mismas ideas manifestadas por Soteras en sus declaraciones. Se da la circunstancia de que un yerno del teniente general Soteras, el comandante jurídico Jesús del Olmo, pertenece al gabinete del ministro de Defensa, Narcís Serra.Soteras Casamayor asegura también que sus relaciones con las autoridades han sido muy buenas; insiste en que su despedida está llena de afecto, y afirma que guardará siempre un buen recuerdo de la ciudad de Valladolid. Estas han sido las únicas palabras pronunciadas oficialmente por el teniente general Soteras Casamayor, tras tener conocimiento de su destitución, acordada por el Consejo de Ministros el pasado miércoles, tras la publicación en un semanario de una entrevista en la que el militar cesado justificaba el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. "Soy un hombre muy disciplinado, y acato la orden que se me ha dado respecto a mi cese. Lo único que quiere decir es que siento mucho marcharme de Valladolid, ya que ha sido una ciudad excelente para mí", declaró el general Soteras al diario vallisoletano El Norte de Castilla.

El ex capitán general de la VII Regíón Militar se despidió el jueves de las principales autoridades vallisoletanas. Su entrevista con el alcalde, el socialista Tomás Rodríguez Bolaños, fue calificada por éste como "muy cordial y agradable", y fue el propio general Soteras quien se puso en contacto con el alcalde para manifestarle su intención de despedirse de él. Las relaciones entre ambas autoridades siempre han discurrido hasta ahora por unos cauces de entendimiento y de cordialidad, informa Luis Miguel de Dios.

Fuentes solventes aseguran la existencia de un documento, que circula por los acuartelamientos vallisoletanos, en el que se solicita el indulto para los condenados por la intentona golpista del 23-F. El escrito, del que tenía conocimiento el general Soteras Casamayor, se estaba enviando a jefes y oficiales para que lo apoyaran con su rúbrica. Las mismas fuentes han indicado que no se han detectado reacciones especiales en los cuarteles tras la destitución de Soteras Casamayor. Cuando EL PAÍS quiso contrastar estas informaciones en el Estado Mayor de la VII Región Militar, se manifestó que los servicios de información militar no habían detectado la circulación de escrito alguno.

Por otra parte, el Consejo Superior del Ejército se reunirá el próximo jueves, día 22.