El Ayuntamiento de Santander se enfrenta con Bellas Artes por un chalé

El intento de derribo de uno de los chalés ubicados en el paseo Pérez Galdós de Santander, zona sobre la que pesa un expediente para su declaración como conjunto histórico artístico, aprobado en la mañana del miércoles pasado por la comisión municipal permanente, decisión a la que se opusieron los concejales socialistas, tuvo que ser detenido por la propia delegada del Gobierno en Cantabria, Alicia Izaguirre, ante la inhibición del director provincial del Ministerio de Cultura, que, a pesar de ser requerido por aquélla para el envío de fuerzas de la Policía Nacional, retrasó esta decisión durante casi tres horas.Fuera del orden del día, tramitado por el procedimiento de urgencia y sin haber pasado por la comisión de obras, el alcalde de Santander, Juan Hormaechea, conseguía, a últimas horas de la mañana del miércoles, la aprobación por la comisión permanente del Ayuntamiento de Santander de la licencia de derribo de uno de los chalés que se encuentran protegidos por el expediente abierto, a principios del verano, por la Dirección General de Bellas Artes, que tramita la declaración de la zona en la que se enclava el chalé, como conjunto histórico artístico. Poco después de finalizada la reunión municipal, una brigada de obreros, protegida por la Policía Municipal, inició la demolición del chalé, que sufrió graves deterioros antes de que la acción emprendida pudiera ser paralizada.

Tanto la delegada del Gobierno en Cantabria como el director general de Bellas Artes, Manuel Fernández Miranda, ordenaron, tras conocer los hechos, la paralización de las obras, recordando que el citado chalé, de acuerdo con la ley, deberá recuperar su estado primitivo. Además de la rapidez con que se desarrollaron los hechos, medios socialistas han denunciado la actitud del director accidental de la comisión de patrimonio de la Dirección Provincial de Cultura, que informó favorablemente el derribo, pese a que el chalé se encuentra incluido en el catálogo que el ayuntamiento y Colegio de Arquitectos de Santander elaboraron conjuntamente para recoger en él todas las construcciones de la ciudad que, por sus especiales características o valor arquitectónico debían ser conservadas.