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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Recuperación y ciclo político en EE UU

Podemos caracterizar el programa económico de la Administración Reagan a través de los siguientes puntos:1. Disminución del gasto público como proporción del Producto Nacional Bruto (PNB), con la salvaguarda de los gastos de defensa.

2. Disminución de los impuestos sobre la renta de las personas físicas para todos los tramos, disminución de la tasa marginal de imposición e indiciación de la renta para evitar que, debido a la inflación, se salte a tramos superiores.

3. Eliminación del déficit presupuestario.

4. Nuevo federalismo; traspasar a los Estados buena parte de las competencias en materia de prestaciones sociales.

5. Reforma y/o -eliminación del intervencionismo del Estado en los sectores económicos, básicamente en lo referente a fijación de precios y condiciones de entrada para nuevas empresas.

LEÓN BENELBAS

M. R., Nueva York

6. Control del crecimiento de la base monetaria para conseguir el descenso del nivel de inflación.

A los dos años y medio de la toma de posesión, todas las pro puestas del punto segundo se habían implementado y estaban en vigor, con lo que se había conseguido una significativa disminución de la progresividad en la financiación de la Administración, pública; asimismo, se había avanzado en el punto quinto y se conseguía una atenuación de la inflación, si bien esto no cabe imputar lo exclusivamente a la política monetaria.

Con respecto al resto de pro puestas, los gastos públicos han incrementado su participación en el PNB gracias a la expansión de defensa y a la disminución en términos reales del PNB en 1982. Como consecuencia de este nivel dé gastos y de la drástica disminución de ingresos, se produce un déficit presupuestario que se espera alcance los 208.000 millones de dólares, aproximadamente un 7% del PNB. Se pretende el equilibrio presupuestario como objetivo y, sin embargo, se alcanza el mayor déficit de la historia de EE UU.

Con respecto al punto cuarto, los propios Estados rechazan la propuesta de transferencia y por ahora no se ha vuelto a hablar de ello.

La recesión

Disminuir impuestos había sido fácil; lo problemático es corresponder con el consiguiente descenso del gasto si se quiere un equilibrio presupuestario. Controlar el déficit presupuestario es más difícil cuándo el Ejecutivo no dispone de mayoría parlamentaria, y tal es el caso de la Administración Reagan.

La disminución de impuestos era un dato incuestionable dada la campaña y la propia creencia del presidente en las propuestas nada académicas de Arthur Laffer y los economistas del lado de la oferta. Los economistas conservadores tradicionales del Partido, Republicano veían que el déficit presupuestario iba a ser inminente, lo que iba a provocar una tenue expansión de la demanda sin respuesta de la oferta y con ello se conseguiría aumentar la tasa de inflación. Ante esta situación, este grupo presiona en favor de un crecimiento muy moderado de la base monetaria para controlar la demanda y con ello la inflación. La moderación de la tasa de inflación era el primer objetivo de la campaña republicana. Esta mayor sensibilidad del electorado americano hacia el tema puede explicarse por la mayor importancia de los títulos a largo plazo en la cartera de activos de los agentes económicos.

Desde mediados de 1981 hasta comienzos de 1983, EE UU atraviesa una recesión que hace que el PNB, en términos reales, descienda un 2% y que la tasa de desempleo se aproxime al 11 %, cifra que no se alcanzaba desde la gran depresión. La recesión consigue una espectacular moderación de la inflación, que p.asa del 10,2%. en 1980 al 4,6% en 1982 (usando el deflactor implícito del PNB). La contracción del crecimiento de la base monetaria desde comienzos de 1981 hasta mediados de 1982 perseguía compensar los efectos expansivos del déficit presupuestario, pero parece que la recesión obtenida sobrepasaba la prevista. La caída de la velocidad de la M 1 y M 2, en 1982 rompe claramente, con las tendencias de los últimos 20 años; esta caída ha sido la más grande de las registradas en las estadísticas del Sistema de la Reserva Federal (FED). La causa dé ello reside en la liberalización del mercado financiero (punto cinco del programa), que autoriza el pago de intereses a las cuentas corrientes, así como cuentas corrientes cuyo saldo positivo queda retribuido mediante un tipo de interés que fluctúa según el, mercado del dinero. Estos cambios institucionales alteran la preferencia por la liquidez de los agentes económicos y disminuye bruscamente la velocidad de los agregados M 1 y M 2. Por tanto, una política monetaria que contrae el crecimiento de la masa monetaria entre las fechas arriba indicadas, unido a una caída de la velocidad de los agregados monetarios, influye sobresalientemente sobre la contracción del PNB en términos reales y el consiguiente incremento del paro.

Déficit presupuestario y tipo de interés

Si la política monetaria establece la expansión de la base monetaria con los criterios restrictivos señalados, el déficit presupuestario ha de ser financiado con deuda. Cuándo el Gobierno acude a los mercados financieros para cubrir su emisión de títulos compite con el sector privado de la economía y eleva los tipos de interés desalentando la inversión privada. Sin embargo, la expulsión del sector privado es más manifiesta cuando se está en una época de recuperación. Durante la recesión que comentamos, los tipos de interés nominales bajaron, pero al hacerlo también la inflación, los tipos de interés reales se mantuvieron prácticamente constantes, es decir, que el déficit del sector público, evitó la caída del, precio del dinero. Para darnos una idea aproximada del efecto de estos déficit récords, señalemos que el ahorro neto de hogares y empresas en EE UU se mantiene alrededor del 7% del PNB, por lo que la financiación del déficit representa virtualmente casi todo el ahorro neto.

En la actualidad, se da una polémica entre el profesor Feldstein, que preside el Consejo de Asesores Económicos y propone un incremento de impuestos para disminuir el déficit, y los economistas del lado de la oferta, que desean que Reagan mantenga su promesa electoral, lo que llevaría a rechazar el citado aumento de impuestos. Si gana la primera propuesta afectaría negativamente al consumo privado, mientras que, en el segundo caso, el no aumentar los impuestos afectaría negativamente a la inversión privada.

La recuperación y su mantenimiento

Durante el segundo trimestre del año en curso se ha producido una vigorosa recuperación del nivel de actividad económica y se prevé que el crecimiento del PNB en términos reales para finales de este año puede alcanzar el 5% aunque la tasa de desempleo se mantendrá en torno al 9,6%.

Lo importante es saber si esta recuperación será sostenida. Cabe pensar que hay un importantísimo componente de discrecionalidad gubernamental en esta recuperación. Los voluminosos déficit presupuestarios indican una política fiscal claramente expansiva. A partir del cuarto trimestre de 1982 hasta junio de 1983, el promedio de crecimiento de las tasas anuales de M1 ha sido del 14% (datos del Comité de Operaciones de Mercado Abierto del FE-D), por lo que, teniendo en cuenta que la tasa de inflación anual tomada mes a mes está siendo del 3,5%, asistimos a un cambio en la política monetaria que actúa en el mismo sentido expansivo que la fiscal.

Parece que se ha iniciado el llamado ciclo-político con vistas a las elecciones presidenciales de noviembre de 1984, y para ello se ha relajado la política monetaria y se incrementan los déficit presupuestarios. El peligro reside en la subida de tipos de interés, en primer lugar para anticipar el posible efecto inflacionario de esta política, expansiva y en segundo lugar como consecuencia de la competencia en los mercados financieros entre un sector privado en recuperación y los crecientes déficit presupuestarios. Estos tipos de interés reales tan altos pueden ahogar el crecimiento que se está dando en EE UU y con ello las posibilidades de expansión del resto de las economías.

La continuada apreciación del dólar con respecto al mmarco, yen, franco francés, peseta, lira, etcétera, que se opera desde enero de 1980, refleja un incremento de la demanda de activos estadounidenses más que un aumento de la demanda de bienes del citado país. Esta demanda de activos produce un incremento de la demanda de dólares y con ello su continuada apreciación.

De entre las causas, citemos los altos tipos de interés reales que se dan en Estados Unidos y que vienen explicados por el déficit presupuestario, la política monetaria contractiva entre 1981 y finales de 1982, así como la liberalización del mercado financiero. Usando datos del Fondo Monetario Internacional, puede observarse que el tipo de interés real a corto plazo en Estados Unidos es significativamente superior al del conjunto de países industrializados a partir de enero de 1981.

Esta apreciación del dólar juega también a favor de la contención de la inflación interior. Lo que más llama la atención es que no sea hasta el tercer trimestre de 1982 cuando comienza a crecer. significativamente el déficit de la balanza comercial norteamericana. Parece que la movilidad del capital es sustancialmente superior a la de los flujos de mercancías. Las estructuras comerciales, la penetración en los mercados exteriores, los diferentes gustos, etcétera, retardan la respuesta exportadora de los países cuya moneda se deprecia respecto a la de Estados Unidos. Para finales de 1983, de seguir los actuales tipos de cambio,se pronostica que el déficit de la balanza comercial alcanzará otra cifra récord, en torno a los 100.000 millones de dólares. Si el presidente Reagan no continúa cediendo a las previsiones proteccionistas, este déficit de la balanza comercial supondrá a corto o medio plazo una vuelta a tipos de cambio con respecto al dólar más acorde con la tendencia, como consecuencia de los incrementos de exportación que se están dando en los países cuyas monedas se deprecian con respecto al dólar. Este aumento de exportación hacia Estados Unidos puede generar una recuperación de la producción en primer lugar y luego del empleo en el resto de economías. El país que está obteniendo un mayor provecho del déficit de, la balanza comercial de Estados Unidos es Japón, cuya penetración comercial en dicho país es de sobra conocida y temida.

Si creemos que el mayor impacto de la economía de Estados Unidos sobre Europa se da a través del flujo de mercancías, nos conviene un déficit presupuestario en Estados Unidos y un dólar alto; esta interpretación va en línea con la teoría de las locomotoras de los años setenta.

Si creemos que el mayor impacto se da a través de los flujos de capitales, entonces nos convendrá una política fiscal norteamericana que incremente impuestos con la consiguiente dismigucíón de los tipos de interés y de valor del dólar.

En ambos supuestos, desde Europa se está interesando una disminución de los tipos de interés reales en Estados Unidos, pues su alto nivel actual obliga a los bancos centrales a mantener el diferenidial entre los tipos interiores y el norteamericano, lo que impide el pleno uso del potencial de crecimiento que supone la expansión de la economía de Estados Unidos.

León Benelbas es profesor adjunto de la Universidad de Berkeley, en California.

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