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Un hombre de 61 años, que vivía solo, falleció el lunes en su domicilio

El País

Un hombre de 61 años fue encontrado muerto en su domicilio por efectivos del cuerpo de bomberos y de la Policía Nacional, en las últimas horas del pasado lunes. El fallecido se llamaba Víctor Cabrero, no tenía trabajo conocido y, desde hacía varios años, vivía solo en uno de los dos pequeños áticos del número 8 de la calle de Justiniano, próxima a la céntrica glorieta de Alonso Martínez, aunque, al parecer, tenía hijos. Según las primeras impresiones, su muerte se debió a causas naturales.Una vecina fue quien, en la noche del lunes, empezó a alarmarse por la no aparición de Víctor Cabrero a lo largo de toda la jornada, por lo que golpeó repetidas veces a la puerta de su vivienda, sin recibir respuesta. El hecho de que, a través de la puerta, se viera que en el piso había luz inquietó aún más a la señora, que avisó al resto del vecindario. Finalmente, fue localizado por teléfono un sobrino del anciano, que se presentó en la calle de Justiniano y decidió avisar al 091, que envió un coche de la Policía Nacional y requirió la ayuda de los bomberos para abrir la puerta.

Madrid

FÁBREGUES

Hacia la medianoche del lunes, los policías y bomberos que entraron en el domicilio de Víctor Cabrero se lo encontraron sentado en una silla del comedor y sin vida. Según afirmaron personas que le conocía, el fallecido vivía de forma muy modesta. Por su parte, la Jefatura Superior de Policía ha informado que el cadáver no presentaba señales de violencia.

Detenido un presunto violador

La policía ha detenido y puesto a disposición judicial a un hombre de 62 años, que responde a las siglas G. M. G., sin antecedentes delictivos, como presunto autor de la posible violación de dos niñas de 8 y 9 años.

Según las declaraciones efectuadas a la policía por las niñas, G. M. G. las llevó en una furgoneta de su propiedad a un bar del distrito de Fuencarral, donde las invitó a una consumición consistente, en una mezcla de martini, ginebra y vino blanco, y les dio a fumar un cigarrillo de tabaco negro. A continuación, las trasladó en el mismo vehículo a una zona solitaria de la carretera de Colmenar, donde las obligó a desnudarse y les hizo objeto de diversos abusos deshonestos. G. M. G. podría haber llegado incluso a la violación.

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