Sarajevo

Coja usted un jumbo en Nueva York, viaje rutinariamente hacia Seúl y reviente en algún lugar perdido del trayecto. Vivimos en un mundo desquiciado que se reparte la posesión del aire y que pone fronteras letales en el viento.Eran 269 personas. Volaban hacia Corea del Sur y tropezaron con las bombas. Ahora deben seguir volando, hechas pedazos, convertidas en angelitos de estadística. Mártires de la guerra fría, víctimas de catálogo. La guerra fría es sólo fría para aquellos dementes que nos mandan y que juegan a estrategias de despacho con sus cartografías militares. Pero la sangre de los muertos es caliente.
Dicen que el jumbo coreano invadió el espacio aéreo de la URSS. Quizá fuera un despiste o una avería. Me imagino a los pilotos de los cazas haciendo las advertencias de rigor en un ruso incomprensible, segundos antes de apretar el botón de la tragedia. Lo pulsarían sin un temblor de duda, sin una fisura de conciencia. A fin de cuentas, es lo que ordena el manual, pura rutina de defensa. La sociedad civil es un espejismo, una pamema. Gobiernos y ministros, todo filfa. En realidad, estamos en manos de un puñado de locos canallitas. Mortíferamente armados, obsesivos. La paranoia florece y retoña en ellos por momentos. Le llaman guerra fría, y en realidad no es más que un brote patológico.
ROSA MONTERO
RIDRUEJO,
Sobrevolaron Sajalin, que es una base militar soviética. Qué importa la vida de dos centenares de civiles frente a sus malditos secretos tácticos, frente a la seguridad de esas bombas construidas a espaldas de sus propios ciudadanos. Los que han protestado no han sido los surcoreanos, por supuesto, sino Estados Unidos. Pobre Corea del Sur, simple pieza de ajedrez, triste ficha de este parchís suicida. Como todos.
Sajalin, Sarajevo. Coincidencia de letras y locura. Carl Sagan dice que en los últimos años han saltado varias veces las alarmas americanas antiatómicas. Puros errores que se descubrieron a tiempo y que no desembocaron en desastre. Pero la neurosis crece y crece, y llegará un momento en que nuestros locos no se detendrán a comprobar los datos y escupirán su acerada dosis de misiles. Sarajelin, y el mundo agonizando. Aquí estamos todos, indefensos, ganándonos la muerte día a día.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
La mexicana Lizbeth Ovalle conquista el Premio Marta de la FIFA al mejor gol del año
La fiscalía acusa a Nick Reiner de dos cargos de asesinato por matar a sus padres
El Alto Comisionado de la ONU se marcha de Venezuela
La Fiscalía francesa pide procesar a Nicolas Sarkozy y Carla Bruni por manipular a un testigo
Lo más visto
- La UCO precipitó la detención del expresidente de la SEPI porque se percató de que lo seguían cuando iba a una cita con Leire Díez
- Elon Musk, más cerca de ser el primer hombre en alcanzar una fortuna de un billón de dólares
- El rechazo de Francia y las dudas de último minuto de Italia amenazan con descarrilar la firma del acuerdo entre la UE y Mercosur
- La jueza de la dana declina citar a Sánchez porque no consta que estuviera informado “en tiempo real” por Mazón como Feijóo
- Un tercio de las personas LGTBI+ ha sido expulsado de su casa por su orientación o identidad




























































