David Levy, candidato derrotado a pesar de su popularidad
La gente sencilla de Israel, en especial los judíos originarios de los países árabes, se identifican con David Levy, el candidato derrotado por Isaac Shamir en la carrera hacia la sucesión de Menájem Beguin al frente del Gobierno.Levy, actual viceprimer ministro, nació en Rabat hace 45 años en el seno de una familia numerosa, tradición que mantiene ya que es padre de 11 hijos.
A pesar de su cargo, sigue residiendo, como al principio de su carrera, en la pequeña localidad de Beth Cjean, hundida en el valle del río Jordán, lejos de Jerusalén y Tel Aviv, centros de decisión política israelí.
Cuando su familia emigró a Israel, Levy tenía 19 años. Trabajó, junto a su padre, en la construcción. Seis años después fue incluido en una lista electoral formada por los sindicatos laboristas en Beth Chean. Pero esta relación duró poco y se pasó al Herut, partido que dirige Menájem Beguin, donde prestaron atención a las quejas populares que planteaba.
En 1969, se convirtió en el más joven diputado del Herut. Aunque se ha mantenido siempre fiel a la ideología de Beguin a lo largo de los años, no se puede decir que haya sido una marioneta en manos de su jefe histórico. Es más: ha sido menospreciado por la vieja guardia del partido, que le dirigió humillantes bromas sobre su pretendido carácter de judío frustrado e inculto.
El ex sindicalista se ha mantenido fiel en la defensa de los sectores más desfavorecidos. Por eso protestó cuando a los colonos de Yamith, en la zona ocupada por Israel en el Sinaí devuelta a Egipto, les fue concedida por el Gobierno una indemnización que consideraba excesiva. Y se atrajo la cólera de los ultras judíos cuando se opuso a la concesión de créditos a las nuevas colonias judías en Cisjordania. Además pidió un mayor control sobre las operaciones militares en El Líbano.
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