Un, 'halcón' con fama de idealista y fanático
Isaac Shamir, designado candidato por el partido Herut -al que pertenece también Menájem Beguin- para la jefatura del Gobierno de Israel, se ha labrado una fama de idealista y fanático a lo largo de su larga trayectoria política.A esta fama, hay que sumar sus dotes de discreción casi maniática, su sentido de la disciplina y su capacidad organizadora, demostradas durante su paso durante 21 años por los servicios secretos israelíes. Está considerado como un halcón a quien la vieja guardia del Herut considera como un digno continuador de Beguin.
De 68 años de edad, Isaac Shamir nació en Polonia y, al igual que Menájem Beguin, estudió derecho en Varsovia, aunque no concluyó sus estudios. Emigró a Israel en 1935 y dos años después se incorporó al Irgun, organización clandestina para combatir a los británicos que ocupaban entonces Israel. Tenía en ese momento 22 años.
V
C.,
En 1940 te sumó al Lehi (estrella), tras abandonar el Irgun, que, bajo la dirección de Beguin, había decidido poner en sordina el combate contra los británicos por considerar prioritaria la lu¡cha contra los nazis.
"Nuestros enemigos en Eretz Israel (el Israel bíblico) fueron y son los ingleses que ocupan nuestro país y es a ellos a quienes hay que combatir", dijo entonces el joven Shamir, animado por un ardor idealista y fanático que no quedaría desmentido a lo largo de su vida política.
Al contrario que Menájem Beguin, Isaac Shamir no es un gran orador, ni un dinamizador de su partido. Tampoco se puede decir de él que tenga una gran capacidad para arrastrar multitudes. Prefiere la acción y el trabajo en la sombra.
Su paso por el Mosad
Organizó una lucha sin cuartel contra los británicos hasta el punto de que en 1948, después de la creación del Estado de Israel, tuvo que pasar a la clandestinidad porque el grupo que dirigía, el Lehi, fue considerado como sospechoso del asesinato del conde Folke Bernadotte, mediador de las Naciones Unidas.
Poco después de la creación del Estado israelí, Isaac Shamir pasó a trabajar en los servicios secretos y en el año 1955 ingresó en el más conocido de ellos, el Mosad, con el que trabajó intensamente durante 10 años y en el que dejó constanciá de su trabajo corno un un soldado en la sombra, siempre atento, y se reveló como excelente y disciplinado organizador.
Realizó frecuentes misiones en el extranjero para el Mosad y desde París organizó y dirigió numerosas operaciones. Sus compañeros afirman que arriesgó la vida en numerosas ocasiones durante esta época y que de su paso por el mencionado, servicio secreto conservó la manía de la discreción a ultranza.
En el Ministerio de Asuntos Exteriores han llegado a decir de, él que "conoce secretos que no se permite revelar ni a sí mismo".
Tras su paso por el Mosad, Shamir se dedica a negocios particulares, al frente de una empresa franco-israelí.
En 1970, Shamir se une al partido Herut, entierra su antigua querella con Beguin y se convierte en presidente del Comité Ejecutivo del partido. Tres años después logra un escaño de diputado y en 1977 es reelegido y nombrado presidente del Parlamento (Kneset).
Tras la estrepitosa dirnisión de Moisés Dayan como ninistro de Asuntos Exteriores erA980, Beguin nombra a Shamir para que ocupe esta cartera.
Apoyó de la 'vieja guardia'
Shamir cuenta hoy con el apoyo y respeto de la vieja guardia del Herut, que ve en éll un digno sucesor de Beguin por su inquebrantable adhesión a la causa nacionalista.
Protestó, por ejemplo, contra los acuerdos de Camp David y se abstuvo en la votación parlamentaria, a pesar de que el primer ministro Beguin había invitado a todos los miembros de la coalición Likud, especialmente a los diputados de su partido Herut, a que votasen por, los acuerdos que permitieron la firma de la paz con Egipto en 1979.
Dentro del Herut se cree que Isaac Shamir ha sido nombrado candidato para convertirle en un ptimer ministro de transición. Muchos miembros de esta formación política hubiesen preferido la nominación del actual ministro de defensa, Moisés Arens, o a Ezer Weizman, una personalidad política mucho más brillante que Shamir y con mayor capacidad para entusiasmar a la masas.
"Jamás he pedido un cargo, cualquiera que fuese, en ningún momento de mi carrera política. Siempre he aceptado cumplir las misiones encomendadas por mi partido. Lo mismo puedo decir hoy", afirmó Shamir tras ser designado candidato la noche del jueves.
¿Falsa modestia? No. Dichas afirmaciones responden a la realidad de un hombre ambicioso, pbro eficaz. No es exactamente un luchador político, pero no existe ningún indicio que pueda hacer pensar que Shamir se contente con ser un candidato de transición.
En cualquier caso, lo mismo se afirmó de la primera ministra Golda Meir cuando fue nombrada en 1969 y que duró en el cargo hasta 1974.
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