En Vizcaya "ya sólo queda por hacer todo, pero lo haremos"
En Vizcaya, una semana después del inicio de la catástrofe, y mientras continúan, en difíciles condiciones, las tareas de recuperación, algunos incidentes aislados y reacciones encontradas en el pleno municipal de Bilbao han venido a demostrar que las tensiones de la sociedad vasca, aunque rebajadas por el agua y la emergencia, no han sido diluidas.El carácter provisional de las reparaciones de urgencia realizadas en las primeras horas para restablecer la red básica de servicios esenciales se traduce en un funcionamiento todavía indeciso de las líneas telefónicas, un intermitente e inseguro suministro de agua y electricidad y, sobre todo, en unas precarias condiciones de circulación por carretera. Horas después de haberse anunciado que el agua de Bilbao podría ya considerarse potable, el ayuntamiento se veía obligado a cortar el suministro, al Casco Viejo, al advertir que en diversos barrios debían seguir adop tándose precauciones para su uso. Las reparaciones de averías locales obligaban a cortes temporales del fluido eléctrico, y lo mismo ocurría con el teléfono. El consejero vasco de Comercio reiteraba, por su parte, las advertencias contra el consumo de productos en dudosas condiciones, y alertaba, en particular, a los padres de los niños que en los últimos días se han dedicado a recorrer los alrededores de confiterías inundadas para proveerse de toda clase de golosinas. También se advertía del peligro de infección que corrían las personas que, en las primeras horas tras la retirada de las aguas, se habían apoderado de gran cantidad de jamones y otros embutidos en las inmediaciones del mercado de la Ribera. En diversas zonas de Bilbao eran eliminados a escopetazos perros callejeros, o convertidos en tales por la riada, ante el peligro de que pudieran ser transmisores de gérmenes epidémicos. Se desmintió, sin embargo, que hubiera sido detectado, como se aseguraba el martes, algún caso de rabia en la zona de El Peñascal.
Las carreteras abiertas al tráfico siguen presentando numerosos tramos peligrosos, por el permanente riesgo de desprendimientos de tierra o de muros de contención, muchos de los cuales están resquebrajados. Precaria era también la situación de la mayoría de los 23 puentes recompuestos. Ayer se derrumbó una casa en Bilbao, cerca del ayuntamiento. Los técnicos temen que en el barrio de El Peñascal puedan producirse derrumbamientos en cadena al retirar las toneladas de piedras, procedentes de uña cantera vecina, caídas sobre las calles.
Al estupor de los primeros días ha sucedido una reacción, alentada por las autoridades, tendente a evitar cualquier actitud,de pesimismo aútocomplaciente. Uno de los voluntarios que realiza tareas de desescombro en el Casco Viejo expresaba ayer los sentimientos de gran parte de la población con una fórmula que resume la situación: "Ya sólo queda por hacer todo, pero lo harernos".
El gobernador civil calificó de "banda de hijos de puta y provoca,dores" a un grupo de unas 100 personas que en la noche del viernes se manifestaba profiriendo gritos insultantes contra la policía. Aparentemente, el gobernador no se apercibió de que sus palabras estaban siendo retransmitidas en directo por la emisora local de la COPE. Al día siguiente, unas 400 personas volvieron a manifestarse, uniendo a los gritos de la víspera consignas como "Gobernador, dimisión", "Vago", "Menos pistolas y más excavadoras", y otras similares. La policía los disolvió utilizando pelotas de goma.
Pleno municipal
Casi simultánemente, y en un pleno municipal nocturno, los concejales de HB presentaron una moción proponiendo que el ayuntamiento "pida una explicación al gobernador por los graves insultos dirigidos a los voluntarios que colaboran en las labores de desescombro". La moción contó con el apoyo de los tres concejales de HB y fue, rechazada por los 12 corporativos del PSOE y del Grupo Popular, absteniéndose FNV y Euskadiko Ezkerra. El portavoz de este último grupo manifestó que "Este asunto sólo puede servir ahora para perturbar aún más la situación", por lo que pidió al alcalde que tratase de aclarar el tema hablando directamente con el gobernador. El alcalde, que dijo "dudar mucho que una persona como el gobernador haya dicho eso, a no ser en un momento de crispación", aceptó la sugerencia.En el mismo pleno HB había presentado otra moción para que constase "el agradecimiento de la corporación a la juventud bilbaína, por la gran ayuda a la recorístrucción de la villa". La moción fue aprobada, pero cuando el representante del Grupo Popular propuso votar un añadido extendiendo el agradecimiento a las Fuerzas Armadas, Policía y Guardia Civil, el portavoz del PNV pidió permiso para retirarse, porque temía que el tema prolongase indefinidamente la sesión, "y tengo que incorporarme al turno de noche para seguir desescombrando". Al portavoz nacionalista le siguieron los concejales de su partido, de HB y de EE, por lo que no hubo quorum para votar la propuesta. Sólo permanecierón en la sala el alcalde (del PNV) y los corporativos del PSOE y Coalición Popular.
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