La policía investiga en Barcelona el robo de joyas a un príncipe árabe en Málaga
Dos inspectores de la comisaría de Marbella (Málaga) se encuentran en Barcelona desde el pasado día 26 de agosto en relación con las investigaciones iniciadas tras el robo de ocho joyas valoradas en un millón de dólares (152 millones de pesetas) que sufrió el príncipe de Arabia Saudí Mansour Bin Nasir Abdelaziz, de 21 años, el pasado día 14.
Los inspectores detuvieron durante 24 horas a dos hermanos de nacionalidad siria, Omair y Arafan Samrik, que el pasado año trabajaron en el chalé El Mantazo, propiedad del príncipe, lugar en donde se produjo el robo la noche del día 14, cuando Mansour Bin Nasir Abdelaziz y sus acompañantes salieron a cenar. Después de prestar declaración, los dos hermanos fueron puestos en libertad a última hora de la noche del martes.Omair, de 24 años, era el conductor de los automóviles del príncipe, mientras que Arafan, de 27, junto con su mujer, era el encargado de cuidar la casa. Ambos fueron despedidos en julio de 1982 por desavenencias con el secretario del príncipe, que le quedó a deber 50.000 pesetas a Arafan.
Robos habituales
La policía de Marbella sospechó de los dos sirios debido a que dos semanas antes del robo Arafan se trasladó a Marbella para solicitarle al príncipe el dinero adeudado, que no le entregó. Arafan salió de Marbella el día anterior a que se produjera el robo. Según parece, la policía ha encaminado sus investigaciones hacia los antiguos trabajadores de la casa, ya que el sistema empleado para el robo revelaba que los autores conocían perfectamente la estructura del chalé.Fuentes policiales han señalado que los robos a dignatarios árabes son muy habituales en Marbella, aunque raramente son denunciados. Las razones de que no se denuncien estos robos -habitualmente de un mínimo de 20 millones de pesetas- es que los robados no quieren que se sepa en su país de origen el nivel de vida que mantienen en la Costa del Sol española. También estas fuentes sospechan que prostitutas de lujo roban a estas personas. Ciertos árabes han pagado, asimismo, a bandas de delincuentes para que realicen algún tipo de venganza con los presuntos ladrones.
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