Milans recibió en septiembre de 1982 a 94 militares y 183 paisanos

El ex teniente general Jaime Milans del Bosch fue visitado a lo largo del mes de septiembre del pasado año por 94 milItares y 183 paisanos, según la relación hecha en la Academia de Artillería de Fuencarral (Madrid), lugar en el que entonces se encontraba recluido el golpista condenado posteriormente a 30 años de reclusión militar. La lista de visitantes fue recabada por las autoridades judiciales militares tras descubrirse el 2 de octubre de 1982 que estaba en marcha un supuesto golpe de Estado para el 27 de octubre y que algunos presuntos implicados en el mismo habían visitado a Milans.Entre los visitantes que están en la relación figura el notario Blas Piñar, ex líder de Fuerza Nueva, quien conversó con Milans el día 7 de septiembre. En la lista también figuran Jesús Barros de Lis y Luis Jáudenes, considerados como personas relacionadas con las organizaciones políticas más conservadoras. Ambos vieron a Milans el día 3 de septiembre y, dos semanas después, volvió a hacerlo Barros de Lis. Igualmente, en la lista aparece el conocido ultraderechista Mariano Sánchez Covisa, detenido en varias ocasiones por estar presuntamente implicado en actividades armadas de grupos ultras.

Entre los numerosos militares visitantes de Milans destaca el comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas, que fue condenado por participar junto a Tejero en la denominada Operación Galaxia y que ha sido relacionado en numerosas ocasiones con actividades ultraderechistas.

También entre los militares figuran el general retirado Vicente Ibarra, el almirante José Justi y el teniente coronel Eduardo Fuentes Gómez de Salazar, redactor del denominado documento del capó en el 23-17 y antiguo colaborador del coronel José Ignacio San Martín, condenado por su participación en dicho golpe de Estado.

En las listas de visitantes aparecen también varios periodistas, como Ismael Medina, de El Alcázar, y el comentarista Emilio Romero. Las personas que a lo largo del citado mes visitaron a Milans con mayor asiduidad fueron su esposa, Amparo Portolés, y su abogado, Santiago Segura Ferns.

A las largas listas hay que añadir las numerosas visitas de militares que acudían en esas fechas al acuartelamiento de Fuencarral y aprovechaban la ocasión para charlar con Milans.