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Temor en Filipinas a que el asesinato de Benigno Aquino quede sin aclarar

La verdad sobre el asesinato de Benigno Aquino, el principal rival político del presidente filipino, Ferdinand Marcos, parece un enigma que pudiera muy bien no resolverse nunca, según consideración unánime de los analistas en Manila. La viuda de Aquino, que llegó ayer a la capital filipina junto con sus cinco hijos, declaró a su paso por Tokio que "mi familia y yo viviremos en Filipinas para unimos a las fuerzas de oposición a Marcos".

La Embajada de Estados Unidos en Manila ha desmentido las informaciones de la Prensa norteamericana, según las cuales ha descargado al Ejército filipino de cualquier responsabilidad en el asesinato. La oposición a Marcos también acusa al Departamento de Estado de desestimar sistemáticamente los informes que apoyan la teoría de una implicación del régimen en la muerte de Aquino.

Con la colaboración de agentes norteamericanos, solicitada por las autoridades de Manila, prosiguen las pesquisas para descubrir la identidad de Rolly, disminutivo del supuesto asesino del ex senador filipino y único dato con el que la policía dice contar por el momento en la investigación.

Los periódicos filipinos publicaban ayer la foto de Rolly y el Gobierno ha ofrecido una recompensa de 500.000 pesos (unos siete millones de pesetas) a toda persona que dé información capaz de llevar a la detención de los "responsables" del asesinato.

Preguntas sin respuesta

Sobre las circunstancias y, en consecuencia, sobre la identidad del presunto asesino, los filipinos se hacen en voz baja las mismas preguntas que ha planteado en el Parlamento Salvador Laurel, presidente de la Organización Nacionalista Democrática Unida, coalición antigubernamental de la que Aquino era vicepresidente. En una emocionada intervención en la Cámara filipina, Laurel se preguntó cómo era posible que el asesino se hubiese podido acercar al avión, que estaba sometido a una intensa vigilancia; cómo sabía el asesino el lugar exacto en donde esperar a Aquino; por qué medios pudo enterarse de que Aquino iba a ser sacado del avión directamente a la pista y no a través de los pasillos que unen a los aviones con las terminales en los aeropuertos. Laurel también se preguntó por que el Gobierno no ha ofrecido prácticamente ninguna información sobre el asesinato del domingo.La normalidad es la nota dominante en Manila, donde la gasolineras han vuelto a abrir y donde el centro comercial de Makati bulle de actividad después de la paralización del lunes.

La alerta roja se mantiene sobre la capital, como se encarga de recordar la televisión, mientras miles de personas hacen cola durante horas junto a la casa de los Aquino para rendir un último homenaje al ex senador. El hermano de Aquino ha manifestado que la familia está pensando en trasladar el féretro hasta la inmediata parroquia de San Salvador para facilitar la visita de las masas.

Con la llegada de la viuda de Aquino, la familia fijará el día del funeral por el asesinado dirigente político, que puede convertirse en la mayor manifestación popular de dolor que se haya dado en el país.

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