Michel Guillod,
ciudadano francés, intentó sacar de México un extraño y peligroso material de contrabando: doscientas víboras, cien tarántulas y 50 escorpiones. Las autoridades aduaneras descubrieron el contrabando al ser informados desde un hotel de la capital mexicana del hallazgo de una víbora de cascabel muerta, 20 crías de serpientes y varias tarántulas. El súbdito francés, que pudo abandonar, el país sin contratiempos, confesó a las autoridades que compré los animales a "campesinos mexicanos, que se los cambiaron por 700 dólares". Añadió que pensaba extraer el veneno de las serpientes, escorpiones y tarántulas para venderlo a laboratorios médicos de Suiza y comercializar después los animales en zoológicos europeos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.