Cirujanos parisienses practican la restauración de virgos "por razones humanitarias" entre mujeres extranjeras
Un número no precisado de cirujanos parisienses viene practicando, desde 1973, sencillas operaciones de restitución del himen femenino a petición de extranjeras que temen represalias familiares por no haber Negado vírgenes al matrimonio. Venidas a Francia para abortar clan. destinamente, o residentes a punto de volver a sus países de origen, mujeres de Portugal, Irán, Líbano o Egipto pagan entre 1.000 y 4.5% francos (de 19.000 a 85.500 pesetas) por una intervención que es practicada por razones humanitarias.
Los organismos semioficiales de Planificación Familiar (PF) de París canalizan, según el informe del mensual Marie-Claire y reproducido por la Prensa escrita y audiovisual en Francia, la demanda de operaciones para recuperar la virginidad. "El desprecio hacia los hombres que imponen la virginidad a las mujeres nos empuja a ayudarlas", dicen en el PF. El pánico de las extranjeras que acuden es tan grande, que según los mismos cirujanos "su situación es más dramática que la de las europeas deseosas de abortar".En el caso de las iraníes, la pérdida de la virginidad puede conducir incluso a la pena de muerte, aunque las mujeres venidas de Argelia, Marruecos u otros países africanos suelen temer por su seguridad física a manos del padre o del futuro marido. Los cirujanos consultados, quienes prefieren guardar el anonimato por miedo a ver sus consultas inundadas con este tipo de pacientes, coinciden en calificar de humanitaria su intervención.
Una forma de estética
De los 1.000 francos que debe pagar cada mujer, el médico solamente cobra 250, estando el resto destinado a los gastos de clínica y anestesista. Las operadas suelen permanecer un día internadas, debido a la anestesia general, aunque la intervención dura solamente unos 30 minutos. La práctica, por muy rara que parezca, no es ilegal. "Tenemos derecho a realizar todo tipo de operaciones", dice un doctor "como es el caso en cirujía estética". Algunos cirujanos piden hasta 4.500 francos por restituir el himen, aunque la mayoría de la profesión prefiere evitar este tipo de operaciones, siempre realizadas de manera casi clandestina. En Argelia, no obstante, existe al parecer una red de fabricantes de virginidad que cobran su mas fabulosas. "Para las afectadas es más barato y más seguro venir a París", asegura otro cirujano. En Tunicia, país de medicina liberal, la recuperación del virgo está muy extendida.
Son muchas las mujeres que una vez conseguido el aborto, o habiendo incluso dado a luz y abandonado el hijo, piden a un médico francés que les cosa el himen para poder casarse normalmente en su tierra. En algunos casos, el padre del niño abandonado acepta de manera consciente el juego social que exige a la recién casada manchar las sábanas en su primera noche. "Yo advierto a las interesadas que no es seguro conseguir este resultado con la operación", confiesa uno de los entrevistados por Marie-Claire. "Incluso insisto para que tomen algún medicamento que provoque la regla el día de la boda". El pavor a ser descubiertas es tan grande que ninguna suele aceptar el consejo.
"Se trata de una operación extremadamente sencilla, de pequeña cirujía", estiman los informantes. Si la mujer ha dado ya a luz, se utilizan los restos himenales, aprovechando en ocasiones un poco de mucosa vaginal para rehacer la membrana. En caso contrario, el cirujano realiza una pequeña incisión en uno de los lados del himen, uniendo después ambas partes. Algunos doctores se han encontrado con casos de mujeres que piden el certificado de virginidad, aunque lo más frecuente es que un ginecólogo del país de origen haga ese examen a petición de la familia del novio. En Irán, sobre todo después de la llegada de Jomeini, los médicos que realizan ese tipo de observaciones son especialmente meticulosos. Se ha dado el caso de haber sido rechazado el certificado a una mujer que "tenía un himen un poco raro".
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