La zarzuela triunfa en el templo de la ópera
Una gran acogida reservó el público del festival internacional de música de Salzburgo (Austria), el pasado fin de semana, a la velada española protagonizada por Plácido Domingo, Pilar Lorengar y, dirigiendo la orquesta sinfónica de la ORF austríaca, Luis Antonio García Navarro. Por vez primera ha ofrecido este año el festival la posibilidad de conocer nuestra género lírico nacional, dedicándole una doble sesión a un programa compuesto únicamente -con la salvedad del dúo de la ópera La Dolores, de Tomás Bretón- por música de zarzuela.De los cuatro fragmentos orquestales, los preludios de La Revoltosa y El tambor de granaderos, de Ruperto Chapí; el de La torre del Oro y el intermedio de La boda de Luis Alonso, de Jerónimo Jiménez, suscitó mayores aplausos la interpretación del intermedio, llevada a ritmo muy vivo.
La orquesta, compuesta por 74 músicos, consiguió una buena sonoridad, especialmente en el metal, adaptándose a la perfección de obras previamente desconocidas para ella. Sin duda se debe esto al trabajo realizado por el valenciano Luis Antonio García Navaro, cuya dirección eficaz supo ponerse al servicio de las voces.
La parte principal del programa comprendía tres dúos y tres romanzas para cada cantante. La voz cálida y vibrante de Plácido Domingo, gran atractivo de la velada, sonó siempre espléndida, luciéndose particularmente en la romanza de Javier de Luisa Fernanda, de Moreno Torroba, y en la jota del Trust de los tenorios, de Serrano, donde arrancó las mayores ovaciones.
Pilar Lorengar, que actúa habitualmente en la Opera de Berlín Oeste, pero que el público de Madrid pudo ver la pasada primavera en Falstaff, de Verdi, tuvo su actuación más destacada en la canción española del Niño judío, de Pablo Luna. Los dúos, sacados de La leyenda del beso, de Soutullo y Vert; la Dolores, de Bretón, y de El dúo de la africana, de Fernández Caballero, manifestaron la capacidad interpretativa de los artista, no desprovista de sentido del humor, que acabó de ganarse al público. Ante los repetidos aplausos, hubo de bisarse la segunda parte de El dúo de la africana después de dar en suplemento el de la rosa de Luisa Fernanda.
Es de resaltar en un festival como el de Salzburgo, que goza de merecido prestigio por la importancia artística de su programa, el espectacular éxito de estas veladas españolas.
Si ya la primera actuación despertó un gran entusiasmo, en la segunda las salidas se multiplicaron ante un público visiblemente encantado, que prodigó una cerradísima ovación, cuyos aplausos se prolongaron durante más de cuarenta minutos, constituyendo esto un auténtico acontecimiento por su excepcional duración.
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