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Reportaje:

La media luna, la cruz y la estrella roja se miran sin miedo en Sarajevo

En la capital de Bosnia (una de las seis repúblicas que forman Yugoslavia), la población musulmana convive pacíficamente con serbios y croatas

Hasta el año 1878, Sarajevo, la ciudad más bella de Yugoslavia, fue, junto con Estambul, perla cultura] de Turquía en los Balcanes europeos. Hoy, tras haber sido centro del sufismo, tiene facultad de teología islámica y decenas de mezquitas.Su reducida minoría sefardí, diezmada por los nazis durante la segunda guerra mundial, sigue cultivando el ladino, dialecto judeoespañol, y es depositaria del Hagadah, manuscrito polícromo sagrado, sacado de España o de la Provenza durante el siglo XVI.

Sobre los techos otomanos de Sarajevo se miran, sin comprenderse, las estrellas rojas de los edificios públicos y las medias lunas de las mezquitas, los templos católicos y los ortodoxos. Actualmente, es capital de la república yugoslava de Bosnia (una de las seis federadas), donde los musulmanes constituyen mayoría relativa (40% de la población) sobre serbios y croatas.

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La supuesta república de Islamistán

En 1914 se produjo en Sarajevo el primer fogonazo de la gran guerra: el 28 deJunio de aquel año, el terrorista serbio Grabrilo Princip asesinaba, cerca de uno de los puentes del Miljaca, al archiduque austriaco Francisco Fernando, que asistía en Bosnia, entonces colonia austriaca, a unas maniobras militares.

En estos días se celebró en Sarajevo un juicio contra 13 intelectuales integristas musulmanes, acusados.de querer organizar una república islámica en Yugoslavia y de haber redactado y divulgado un escrito que hacía un llamamiento al resurgimiento del Islam en el mundo. Los acusados, por su parte, negaron haber hecho un llamamiento a la insurgencia en Yugoslavia.

Procedente de Teherán, un grupo de musulmanes yugoslavos llegaba en febrero al aeropuerto de Dubrovnik, situado a unos 100 kilómetros de Sarajevo, capital de la Bosnia yugoslava. El aduanero mandó abrir la maleta de Fátima, musulmana yugoslava, y de su interior saItaron libros en caracteres arábigos. El funcionario preguntó: "¿Qué, propaganda de Jomeini?" La joven respondió: "Son textos en farsi que me encargaron mis compañeros de la cátedra de Sarajevo".

Yugoslavia es el único país del mundo donde uno puede ser a la vez ateo, marxista y musulmán sin que nadie lo declare loco.

La Constitución estipula que Musulmán se escribirá con mayúscula cuando signifique etnia y con minúscula cuando se refiera a la religión: exactamente lo contrario de lo que los integristas querrían. Hasan Chenguich, el joven imán acusado de propagar la guerra santa y de prohibir los matrimonios de musulmanes con infieles en su feligresía, desconcierta a jueces y fiscales cuando se dirige a ellos en árabe, "en nombre de Alá, todopoderoso", y comienza a defenderse en la lengua del profeta.

El nombre de Alá

Fácilmente consigue sacar de sus casillas al juez, que le ordena hablar en serbio-croata. El imán Hasan asiente entonces, pero ruega que los taquígrafos escriban con mayúscula el nombre de Alá siempre que se nombre en el sumano.Todo está bastante claro. Por una parte, la acusación se refiere a "una república islámica", y sólo hay dos en el mundo que respondan a ese título: la de Pakistán y la de Irán. Por otra, Dobrijove Vidich, destacado político yugoslavo, aludía hace tres semanas a las simpatías de los acusados por el régimen de Jomeini. Al Corresponsal iraní que le pidió se explicara, Vidich le respondió que nada tenía que ver con Irán el que a los acusados les resultara simpático Irán. Al parecer, al menos una de las acusadas, estuvo unos meses en Teherán, sin lograr congeniar con la revolución iraní.

Este sonado juicio contra los 13 integristas constituye una advertencia a los musulmanes yugoslavos de que el apoyo de que gozan por parte de algunos países islámicos no les librará de la justicia del César si entrometen a Alá en lo que es de aquél.

Que existe ese apoyo se ve en el hecho de que la suntuosa mezquita de Zagreb, enclavada en el corazón de la Croacia católica, ha sido construida en parte con óbolos saudíes (220.000 dólares), libios, (500.000 dólares), iraquíes (33.000), habiendo sido cubierto el resto, hasta los 3.375.000 dólares por el Estado croata.

En Yugoslavia hay unos cuatro millones de musulmanes, aproximadamente el 14% de la poblabión, aunque buena parte de ésta cifra ya no es practicante ni cre ,yente. Un hecho tabú es que, durantela guerra, los mahometanos le dieron a Tito muchos menos partisanos que los serbios, los croatas o los eslovenos.

Pavelich, jefe del efimero Estado independiente croata, satélite de Alemania durante la segunda guerra mundial, intentó salvar de la ruina a sus ustachis cuando el Ejército de Tito llamaba a las puertas de Zagreb en 1945.

En un mensaje dirigido a los aliados occidentales, Pavelich presentaba a Croacia -que para entonces había engullido a la Bosnia de mayoría musulmana- como único Estado de la cristianidad occidental dotado de amplia fachada mediterránea y fuerte población musulmana; de esta forma daba a conocer las ventajas que para el futuro del mundo libre tendría conservar aquella Croacia dentro de la órbita occidental. Pero, siete años más tarde, Turquía sería el único Estado musulmán de la OTAN.

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